Madre mía. Vaya nochecitas que me esta dando Daniel ultimamente. No me deja pegar ojo. Además tiene un sexto sentido para saber el momento exacto en el que me acabo de acomodar en la cama. No hace ni medio segundo que he cerrado el ojo cuando le oigo gimoter lastimeramente.
En mi opinión los mocos y la tos no le deja dormir al pobre, así que tengo que levantarme a abrazarlo y acunarlo para tranquilizarlo.
En la opinión de Raúl tiene una bracitis de órdago. Cómo mi método no funciona vamos a poner en funcionamiento el de Raúl. Hemos cambiado toda la metodología de la noche. Antes le dábamos el biberón en su habitación, a oscuras, y acababa durmiéndose con un chorrito de leche cayéndole por la comisura de la boca. A partir de hoy le damos el biberón bien despierto, en cualquier lugar de la casa y con las luces encendidas. Luego jugamos con él un poquito. Y finalmente lo metemos con ojos de buho en su cuna. Por supuesto, acaba por aburrirse y se dedica a ejercitar pulmones un rato. Nosotros entramos a calmarlo periódicamente hasta que se duerme el solito.
Esta noche, en vez de levantarme ventitantas veces, me he levantado sólo siete. Habré dormido al menos dos horas seguidas ¡Qué lujo! A ver si vamos mejorando.
Bueno, hay multitud de libros con técnicas de todo tipo...
ResponderEliminarPues sí, así que hay que ir probando a ver que da resultado porque cada niño es un mundo.
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