
En mi opinión los mocos y la tos no le deja dormir al pobre, así que tengo que levantarme a abrazarlo y acunarlo para tranquilizarlo.
En la opinión de Raúl tiene una bracitis de órdago. Cómo mi método no funciona vamos a poner en funcionamiento el de Raúl. Hemos cambiado toda la metodología de la noche. Antes le dábamos el biberón en su habitación, a oscuras, y acababa durmiéndose con un chorrito de leche cayéndole por la comisura de la boca. A partir de hoy le damos el biberón bien despierto, en cualquier lugar de la casa y con las luces encendidas. Luego jugamos con él un poquito. Y finalmente lo metemos con ojos de buho en su cuna. Por supuesto, acaba por aburrirse y se dedica a ejercitar pulmones un rato. Nosotros entramos a calmarlo periódicamente hasta que se duerme el solito.
Esta noche, en vez de levantarme ventitantas veces, me he levantado sólo siete. Habré dormido al menos dos horas seguidas ¡Qué lujo! A ver si vamos mejorando.
Bueno, hay multitud de libros con técnicas de todo tipo...
ResponderEliminarPues sí, así que hay que ir probando a ver que da resultado porque cada niño es un mundo.
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