Daniel se quiere casar

"Mami, yo nunca me he casado" inició la conversación mi niño mayor. Segura de que la conversación me iba producir más de una sonrisa le seguí el juego.

"Es verdad cariño"
"¿Y con quien me voy a casar?" continuó.
"Con la persona que tú elijas, pero cuando seas mayor" le contesté.
"Es que me quiero casar contigo" aseguró muy serio.
"No puede ser, vida. Yo soy tu mamá" le expliqué igual de seria.
"Entonces con papá" decidió.
"Tampoco puede ser" volví a decepcionarle.
"Pues con Tere (la mamá de unos niños que iban a ir esa tarde a casa)" contestó sin amilanarse.
"Es que Tere ya está casada y a su marido no le iba a gustar tu idea" le contrarié, pero él no perdía la esperanza de encontrar novia.
"Pues con la mamá de Hugo (siempre le ha tenido mucho amor)" decidió por fin.
"Bueno, ella no está casada, pero tiene pareja, no sé, no sé" le argüí.
"Pues si no está casada que se case conmigo. Llamalá y diselo" dictaminó.
"A sus órdenes" le conteste yo riendo.
En esas me llamó mi hermana.
"¿Con quien hablas mami?" me preguntó curioso.
"Con la tía Silvia" le informé.
"Dame el teléfono que quier hablar con ella" le pasé el móvil intrigada con lo que tendría que decirle.
"Tía, me quiero casar contigo" le soltó a bocajarro. A mi hermana le hizo mucha gracia la ocurrencia y ya ha dicho que vaya preparando una boda romántica, que no le parece mala idea cambiar a su novio treintañero por un chico que cuando ella tenga cincuenta él tenga veinte (José, si estás leyendo esto, será mejor que aclare que lo decía de broma. Mi hermana no te cambia ni por su sobrino).

Cuando colgó le pregunté que qué pasaba con la mamá de Hugo y me contestó "No pasa nada mamá. Yo me caso con las dos y ya está". ¡Menudo veleta!