Estoy encantada, maravillada... Cruzo los dedos para que esto siga así. Resulta que mis dos retoños entran felices al colegio. No me montan espectáculos, ni se ponen a llorar desesperadamente, ni se agarran a mi pierna como si les fuera la vida en ello.
Por mucho que las profesoras me aseguraran que al segundo siguiente de desaparecer yo por la puerta se quedaban tan a gusto, no me quedaba tranquila y luego tenía un sentimiento de culpabilidad y pena acompañándome todo el día.
Tras las vacaciones me esperaba una tragedia sin fin y no ha sido así. Al contrario. Daniel se ha metido en clase sin acordarse siquiera de darme un beso de despedida. He tenido que ser yo la que corriera tras él reclamándoselo. E Iván me suelta la mano nada más cruzar el umbral de la puerta en busca de un interesante juguete que investigar y tampoco se acuerda de mi beso. Le doy uno fugaz en su cabecita y me marcho sin que ni siquiera levante la vista de lo que tenga entre manos.
Esta sensación de serenidad que me acompaña tras dejar a mis pequeños en sus respectivos centros no la conocía. ¡Y me gusta!
Claro que siii! Imagino lo mal que debias pasarlo antes asi queme alegro muchisimo de que la cosa haya mejorado tanto y espero que asi siga. Un besazooo
ResponderEliminarMuchas gracias. Por un lado es maravilloso que quieran estar contigo así, pero te quedas muy amarga e intranquila si no se quedan a gusto.
EliminarSi al principio parece que no pero luego les gusta mucho. Aprenden mucho y eso les viene muy bien a sus mentes inquietas. Besotes!!!
ResponderEliminarLos niños son muy listos y siempre intentan que te quedes con ellos. En cuanto ven que no les funciona desisten y se lo pasan bien también. Por lo menos mis peques.
Eliminarme imagino la angustia que da verles llorar a la entrada,.. Así que me alegro mucho de que ya vayan contentos desde que cruzan la puerta. Besos
ResponderEliminarEs horrible. Me iba llorando yo también. Menos mal que ya se quedan contentos.
EliminarAl principio nos mortificamos de mas, pensando que no pararian de llorar, pero luego se acostumbran, me alegro de que te sientas asi de bien...
ResponderEliminarGracias. Es una tranquilidad inmensa dejarlos sonrientes
EliminarQue suerte!! Me alegro mucho de que les guste tanto..yo quiero llevar al peque a la guarde en septiembre..y miedo me da como se lo va a tomar..
ResponderEliminarÁnimo. Tan pequeños suele ser una novedad y se lo suelen pasar bien. Aunque Daniel al principio hacía pucheros cuando le dejaba en brazos de la cuidadora. Iván en cambio, se iba tan a gusto con su profe el primer año.
EliminarQué bien! así todos más contentos.
ResponderEliminarPor cierto, el cambio del blog fenomenal, estáis genial (intenté dejar comentario el otro día pero creo que no se grabo)
Es que blogger nos la lía demasiadas veces. A mí también me pasa eso de que de repente se borra el comentario. Sobre todo, cuando más me enrollo ¡¡Arg!!
EliminarLa cabecera me la regaló mi marido como regalo de cumple. Me alegro de que te guste jeje
Los míos tuvieron sus primeros días difíciles, sobre todo Aitana porque era muy pequeña, pero después siempre se han quedado felices en el colegio. La verdad es que te vas a casa muy tranquila cuando es así.
ResponderEliminarMuy chula la cabecera!!
Que mal se pasa cuando se cogen a ti con esa desesperación. Menos mal que al final Aitana se adaptó y ya fue contenta al cole todos los días. Las mamis siempre vamos con un nudo en la garganta. Si no es por una cosa es por otra Sight!
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