Durante su estancia en la casa del pueblo de la abuela Daniel vino a mi encuentro muy emocionado. "Me he inventado un juego mamá. ¿Te lo cuento?" Claro que sí. Estaba deseando saber en qué consistía.
El peque organizó las botellas de plástico con las que riega la abuela Paca y después las tiró todas a patadas. "¿Te gusta el juego, mami?" Lo cierto es que me hizo gracia. Para sus tres años no estaba mal. Y a Iván le encantó. Se pusieron los dos a tirar botellas como locos. Les tuve que para lo piues porque tampoco era plan de que se las rompieran a la abuela.
Le convencí para que jugaran a los bolos con ellas. Tiraban la pelota suave con los que los envases salían indemnes. Con la otra modalidad de juego se abollaban enseguida.
Que imaginacion tiene!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarDemasiada jaja
EliminarEstá totalmente demostrado, que con lo que más se entretienen es inventando juegos con objetos cotidianos, les hace volar su imaginación hacia un juego no pautado.
ResponderEliminarBss
Totalmente de acuerdo. Una tetrabrick de leche da más juego que cualquier juguete electrónico.
EliminarBolera en casa! Bien!
ResponderEliminarYujuuuuu!!! Una pena que siempre le tocara a él jajaja
EliminarY tanto que uno le compra los mejores juguetes,los mas coloridos, los que traen musica y miles de cosas y ellos simplemente se entretienen buscando simples objetos para experimentar con ellos. me encantan!! muy lindo post.
ResponderEliminar¡¡Son tremendos!! Pero es genial que los niños nos sorprendan así.
EliminarYo también me montaba una bolera casera, pero con muñequitos. Lo de tirar cosas a patadas nunca fue lo mío. Jajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarEs que los niños son unos brutotes :S
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