Con tanta lluvia buscamos un plan bajo techo para hacer con los niños. Raúl tenía muchas ganas de visitar el Museo de a Evolución Humana de Burgos. Yo no las tenía todas conmigo con respecto a Iván, pero un vistazo a su página web hizo que me animara. Auguraba ser una lugar maravilloso para ir en familia y así fue.
Para empezar todo se podía tocar. Imprescindible para niños tan pequeños que a la tercera vez que les regañas por poner sus deditos en un lugar inconveniente ya claman por irse a otro lado más acorde con sus espíritus inquietos. Lo único auténtico que guardaban las salas eran una colección de restos de Atapuerca que estaban muy bien resguardados en sus urnas de cristal. Todo lo demás era representaciones, escenarios, reconstrucciones o proyecciones orientadas al aprendizaje.
A mis niños se les salían los ojos con cada nueva sorpresa. A Daniel lo que más le gustó fue una proyección sobre el escenario de una excavación que daba la sensación de ser en 3d. Frente a sus ojitos se presentaban diferentes descubrimientos y su reconstrucción acompañados con una interesante historia. Parecía que sólo miraba, pero una vez en casa no paraba de contarte que un señor hace mucho tiempo se rompió un diente, que le dolió muchísimo, pero que no se murió de eso sino mucho después, que pasó mucho tiempo y se le cayó la piel y sólo quedó la calavera. O que había una mano que eran todo huesitos y que podía coger herramientas con los dedos. Y cosas por el estilo. Aprendió muchísimo en una mañana.
Otras joyas de la corona de la exposición, según mis hijos, eran la sala en la que una pantalla envolvente mostraba la evolución del fuego (Rayos y truenos, hogueras, antorchas, velas, la cocina de gas, un cohete espacial... Incluso sensacionales imágenes del sol y sus rayos o una aurora boreal ¡precioso), la reproducción del barco donde Darwin desarrolló la teoría de la evolución humana, un cerebro gigante y las estatuas de cavernícolas en diferentes poses y acciones. Costaba despegar a los niños de estos hitos. Nos pasamos muchísimo tiempo de sala en sala y vuelta a repetir a petición de mayor. El pequeño nos seguía trotando y alucinando con lo que se encontraba.
Había visitas guiadas gratuitas cada cierto tiempo que anunciaban con antelación por megafonía, pero con los niños tan pequeños no nos animamos a unirnos a ninguna y preferimos seguir nuestro propio ritmo.
Un fallo que le encontré es que no tiene cafetería propiamente dicha sino un rincón con máquinas de vending con lo que a la hora de calentar el puré del bebé había que salir a la calle (admito que se lo comió frío el pobre, aunque no protestó).
El museo no cobra a niños menores de ocho años. Una iniciativa que pone de manifiesto su objetivo docente y de difusión de la ciencia entre los pequeños. salimos encantados de allí para descubrir que no llovía y que se nos presentaba la ocasión de dar un paseo por el centro de Burgos, una ciudad preciosa.
Iván se quedó hipnotizado viendo las evoluciones de una fuente y sus chorros crecientes y decrecientes y Daniel disfrutó escalando la escultura de una calavera gigante.
Todos acabamos agotados, pero muy felices al volver a Covarrubias.
q bien lo habéis pasado, nosotros tb andábamos por allí :)
ResponderEliminar¡¡No me digas!! A lo mejor hasta nos hemos cruzado en algún momento...
ResponderEliminarMe encanta la idea de compartir experiencias con los chiquitines, se nota que lo disfrutasteis mucho.
ResponderEliminarPor cierto, vaya cambio de imagen, no?
Un beso,
Marialu
Aprovecharon la visita más de lo que esperaba. Los peques siempre nos sorprenden. Tuve que cambiar de nuevo la cabecera por que el papi se tomó como algo personal que lo quitara de la cabecera. ¡Qué sensible!
Eliminardesde luego no te falta imaginación para tener planes con los peques!! una idea fantástica!!! me encantan las fotos, se ve lo bien que se lo pasaron!!! un besazo a los 4!!!
ResponderEliminarLo pasamos genial y Daniel todavía cuenta las historias de los restos óseos jaja
EliminarLas fotos estan preciosas y siempre hay que sacar tiempo para pasear a los niños y se nota que lo disfrutaron.
ResponderEliminarMuchísimo. Es increíble lo que se divirtieron los pequeños con la exposición.
Eliminarveis como la lluvia no es tan mala??????????? de todo se encuntra su lado positivo....lo que han aprendido...
ResponderEliminarEs que cayó demasiada!!! Sal solecito, caliéntame un poquito...
EliminarQue fotos tan bonitas y que pinta mas buena ese museo! Nosotros hemos ido aquí un par de veces al de ciencias naturales, y aunque todavía es muy pequeña, también disfruta y se sorprende muchísimo. Me lo apunto por si pasamos por Burgos alguna vez, que es una ciudad que me gusta visitar. Besos y buen fin de semana!
ResponderEliminarEl de ciencias naturales siempre triunfa. Tenemos que volver.
Eliminarme encanta como os lo pasaís con los peques!en ese museo las cosas con Aurora no duraban ni dos minutos así que tienes dos niños buenisímos!Muy chulo el museo y si las cosas se pueden tocar los peques lo pasan de fábula!
ResponderEliminarPobres cromagnon jajaja
EliminarSe nota que disfrutáis de lo lindo en familia. Felicidades! Bsssss
ResponderEliminarLo pasamos genial. Nos encanta tener planes variados para no hacer siempre lo mismo.
EliminarPues tiene una pinta interesantísima el museo... (y las fotos son preciosas, por cierto). Un besote.
ResponderEliminarA mí me encantó, sobre todo porque se ve que apuestan en firme por la educación de los niños.
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