Daniel me ayudó a ponerla en práctica. Cogimos una huevera y mezclamos en ella harina con colorante alimentario hasta formar una pasta con textura de pintura. ¡Y listo! Ya tenemos una maravillosa y nada tóxica pintura para decorar las paredes de la bañera.
En un principio les dije que usaran sus dedos, pero me pidieron pinceles. Sobre todo, el pequeño, se quejaba con cara de asco y me mostraba insistentemente sus deditos para que se los limpiara.
Los dos se dedicaron a pintar una sublime obra maestra en la pared de mi baño. Y, de paso, se pintaron a sí mismos.
Al acabar, la pintura se fue con agua, jabón y muy poco esfuerzo. ¡Todo un invento!
Me encanta!!!
ResponderEliminarEs genial cuando una madre te deja disfrutar a tope sin importar que se ensucie, esto hace a los niños más creativos. Felicidades por llevar a cabo esta idea, es genial!!!
Un beso!!
Muchas gracias!! Es que para mis peques no hay nada como enguarrarse a base de bien jajaja
EliminarMe encanta. Lo tengo que hacer y ya te contaré. Lo que tengo que comprar es el colorante alimentario ese.
ResponderEliminarEspero que lo pasen tan bien como los míos :D
EliminarCon lo que les gusta guarrear jajaja
El colorante lo venden en supermercados. No creo que tengas problema en encontrarlo