Una tarde, volvíamos del parque y, de repente, Daniel salió corriendo tras un amigo del cole. Sorprendida le grité para que volviera. Normalmente lo hace, pero ese día siguió corriendo. La cuidadora del compañero me dijo que no me preocupara que ella me lo mandaba en cuanto les diera alcance. Se asomó por la esquina por la que ambos habían desaparecido y se volvió para indicarme que Daniel estaba dando la vuelta al edificio.
Muy enfadada decidí cortarle el paso yendo a su encuentro. Di toda la vuelta pero no enconré ni rastro del chiquillo. Se me pusieron los pelos como escarpias. Sentí subir la angustia por la garganda y los ojos se me humedecieron sin poder evitarlo. Llevaba al pequeño a todo trote andando y desandando el camino. Llamando a gritos a su hermano. Me debió oír todo el barrio.
Cuando estaba empezando a perder el control, vi aparecer a lo lejos a mi primogénito. Parecía un poquitín agobiado, pero ni una mínima parte de lo que lo estaba yo. Corrí hacia él con el firme propósito de matarlo. Cuando llegué a su lado, me contuve para no darle el guantazo que me pedía el cuerpo. Lo que no pude evitar fue reprocharle su actitud y su poca vergüenza. Duras palabras salieron de mi boca, tales como "No te importa verme sufrir", "Cómo vuelvas a escaparte no sé ni lo que te hago", "Estoy tan enfadada que mejor ni me hables"... y demás lindezas como esas.
De repente, se para en seco, me mira a los ojos y me suelta interpérrito: "A ver cómo solucionamos esto. ¿Se te ocurre algo?" Me recordó muchísimo a su padre.
Mi respuesta fue obvia. "Nunca, nunca, jamás ¡vuelvas a desaparecer de mi vista!"
Madre mía, qué susto... Esas cosas tienen que ser de lo peor, aunque sólo duren un par de minutos. En ese momento tienen que parecer horas. Un besote.
ResponderEliminarSí, es horroroso :_(
EliminarQué susto guapa!
ResponderEliminarEnorme. Encima estos niños se van con el primero que pasa :S
EliminarTengo que tener muchísimo cuidado
Madre mía que susto!! Yo con el mio que no llega a 2 años, tengo problemas de escapadas justo en los pasos de cebra...Se niega en rotundo a ir de la mano...¡Un día me va a dar un infarto! Besos!
ResponderEliminarBuuuf!! Parece que les guste hacernos sufrir :S
EliminarSiempre tenemos que ir con el corazón en vilo
Madreee que susto. Pero espero que él haya aprendido que eso no se puede, una charla cuando te calmases no hubiese venido mal.
ResponderEliminarbesos
Hubo charla, y al día siguiente me hizo la misma. Volvió a salir corriendo tras otro amigo :_(
EliminarAsí que hubo otra charla snif snif
No vivo con estos sustos
Que sustos nos dan estos pequeños. Yo hubiera hecho lo mismo, pero yo seguro que hubiera llorado a mares jajaj
ResponderEliminarYo estuve a punto a punto. Algún puchero se me escapó. Que sentimiento más angustiante :(
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