jueves, 24 de marzo de 2016

Perrito

El día que nació Daniel, mi madre cogió el primer vuelo que encontró para Madrid y se presentó en el hospital con un perrito de peluche muy gracioso. En ese momento, el recién nacido ni se pispó del tema. Pero un año después era su amigo inseparable. Perrito iba con él a todos lados y era su fiel compañero en la cuna. Más adelante le ayudó a dormir en una cama de mayores sin sentirse solo.

Pasó otro año y pasamos a ser cuatro. Vino el hermano, querido y odiado por el primogénito a partes iguales, como es normal. Llegado el momento, Daniel entendió, de repente y sin venir a cuento porque sólo tenía tres años, que ya era mayor para tener peluches rondando por su cama. Se podía jugar con ellos a todas las horas del día, pero cuando uno está acurrucado tan a gusto entre las sábanas sobra compañía.

Así que le cedió a Perrito al otro churumbel, que lo recibió con amor incondicional. A veces, el mayor se arrepentía de su alocada decisión y surgían las guerras por El Peluche. Pero con el tiempo, Perrito se convirtió en un elemento imprescindible en la cama de Iván y su hermano terminó por dejárselo definitivamente.

Seis años después, el pobre bicho está desgastado, con menos pelo, el morro pelado y el relleno mal distribuido, pero eso lo hace aún más encantador y achuchable. Ha acompañado al más pequeño de la casa hasta la puerta del cole en los días más difíciles, ha chupeteado la cara de su dueño y de sus amigos miles de veces, ha saltado en el muro despidiéndose de su pequeño amo, que entraba a clase lanzando besos y gritando "¡Estos son para ti Perrito!".

Así que Perrito sigue haciendo su función de guardián de sueños y miedos infantiles. Y sé que llegará el momento en el que nadie le necesite, pero para mí será un recuerdo imborrable y lo conservaremos en casa como una pieza de museo. Los otros peluches volarán en busca de nuevos dueños, pero él se quedará conmigo porque me encanta que haya sido el peluche predilecto de mis dos fierecillas.


8 comentarios:

  1. ¡Que post más entrañable!
    Guardalo para los nietos ;)
    Felices fiestas.

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    1. Eso haré jajaja Aunque no sé si va a resistir más sobeteo ;)

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  2. Cargadito de recuerdos si, guárdalo, seguro que les gustará cuando sean mayores o cuando tengan sus hijos. Cangrejito duerme cada día con un muñeco que le regalaron al nacer.

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    1. Pues guárdalo también. Mi madre guardó mucho tiempo el conejito de peluche de mi hermano mayor, pero una inundación en el trastero estropeó muchos juguetes. Nos dio mucha pena a todos...

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  3. Adorable ¡guárdalo! todos lo querréis

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  4. Esas cosas son las que merece la pena guardar, yo tengo aún mi muñeca de cuando era pequeña y la tengo un cariño especial y ala bichito le pasa igual tiene un oso que va con él a todos lados.

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    1. Mi madre guardó en el trastero un montón de juguetes, pero llovió mucho un año, se inundó el trastero y todo se pudrió. Una pena tremenda :_(
      Seguro que el oso de la bichito es tan adorable como perrito jajaja

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