No tuvimos la oportunidad de recogerlas tranquilamente hasta este fin de semana. Los niños se tomaron el juego muy en serio y eligieron las más planas y aptas para extender nuestras dotes artísticas. Lo más rollo fue cargar con ellas hasta la casa y luego hasta Madrid. Porque en el pueblo no tengo indelebles. Material imprescindible para el siguiente paso.
Con las piedras y los indelebles delante, puse a los niños camisetas viejas y empezamos la diversión. Mientras yo dibujaba castillos, coronas y estrellas; Iván se dedicaba a plasmar orcos, Gandalfs, Sams, huargos... Y Daniel videojuegos, marcianitos, minecrafts... Aquí cada uno a lo suyo.
Las piedras se nos acabaron enseguida y nos quedamos con ganas de dibujar más cosas. Y eso que recogimos muchísimas. Las metimos en una caja para empezar el cuento. Bueno, todas no, porque Daniel dijo que las suyas las quería para otro juego de matar marcianitos.
Lo pasamos genial contando el cuento del campesino que se encuentra con un mago que le pide que le lleve una corona a un rey de un país muy lejano y en su camino encuentra robots, enanos, gusanitos... Hasta que encuentra el castillo y entrega la corona. Con tantas piedras salió una aventura larguísima.
El juego es un story cubes personalizado y bastante más difícil de transportar, pero nos aseguramos una tarde de diversión y entretenimiento.
Muy buena idea!! Esto me recuerda sl Story Cubes! Yo lo de dibujar lo dejaría porque me sale fatal jajajjaa
ResponderEliminarSíiii. Es igual, sólo que más desordenado.
EliminarDa igual que dibujes mal o bien. El jugador interpreta los dibujos como quiere jajaja
¡Hay que elegir buenas piedras y que sean pequeñas! La dimensión de la piedrita es factible tanto para su transporte como para no tener tanto espacio para dibujar jajaja si observas tus piedritas te darás cuenta que sobra piedra-espacio-sin pintar por todos lados... pero son una cucada.
ResponderEliminarPero no le quita que sea una actividad maravillosa. ¡Un muackiles!
Las cogí grandes a posta por facilitarles las cosas a los niños. Es verdad que sobra espacio por todos los lados, pero si hubieran sido más pequeñas hubieran habido más deditos, manitas y camisetas pintadas jejeje
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