Desde que visitamos el Museo de la Ciencia Elder, en Las Palmas de Gran Canaria hace dos Navidades, mis chicos no han parado de repetir que quieren volver y que quieren volver. Esas Navidades nos apuntamos a una actividad con Peppa Pig que se celebró para los más pequeños. Esta vez fuimos por libre. Con los descuentos que habían, menores de seis años y docentes gratis, sólo pagué mi entrada, seis euros. Me pareció baratísima para todo lo que ofertan.
Nada más llegar nos metimos al pase de la película en 3D, una pasada. Contaba las desventuras de una ardilla en el bosque y un ratón en el desierto. Impresionante. Tanto que, si hubiéramos tenido tiempo, hubiéramos vuelto otro día para ver la película sobre dinosaurios que echaban por las mañanas. Una pena que nos fuera imposible volver de nuevo.
Tras el pase, los niños se volcaron en lo que más les gusta del museo: la sala de los experimentos científicos. Se pueden pasar horas haciendo rodar o volar pelotas, meneando el cable en espiral, bailando frente a sombra policromática, simulando posturas ante el espejo de los reflejos infinitos... Nos costó muchísimo convencerles para entrar en el planetario.
Te cuentan un montón de cosas chulas, pero me pareció un poco denso para público infantil. Así pasó que salieron escopetados hacia sus amados experimentos y nos costó un mundo seguir con la visita. Y eso que les encantó todo lo que se encontraron a continuación. Los esqueletos de dinosaurios y animales siempre triunfa. Las maquetas y demostraciones sobre como funciona el cuerpo humano captó enseguida su atención, los juegos de lógica les engancharon otro buen rato...
Aunque lo que más éxito tuvo fue el caza que te encuentras nada más entrar y el trozo de avión de Iberia que puedes visitar y que incluye la cabina de los pilotos. Vaya historia se montaron de que venían enemigos y tenían que volar rozando el mar mientras peleaban con los malvados. Al final nos derribaron y tuvimos que prepararnos para tirarnos en paracaídas. Menos mal que acabamos bajando las escaleras en vez de saltar a lo loco como tenía pensado mi primogénito. Sólo salieron de allí porque el vigilante anunció el inminente cierre del Museo y que debíamos abandonar (sin hacer locuras) el avión. Aún así les dió tiempo a jugar a un juego interactivo y hacer el moñas con la tele con croma para desaparecer y aparecer tras la capa verde de invisibilidad a placer.
Por nuestra parte, Raúl y yo nos echamos unas risas con una atracción sólo para mayores de 18 que consistía en que te trituraban un poco los pies para mayor seguridad y luego te ibas moviendo con una máquina en forma de bola para el lado que quisieras, incluso llegando a ponerte boca abajo. Debía impresionar porque mis niños no insistieron mucho en querer montarse.
Cuando por fin salimos, todavía tuvimos que quedarnos por la zona una rato más para que los chiquillos disfrutasen a tope del parque infantil con castillo en forma de cohete que hay en el parque de atrás del museo.
Lo pasamos genial y seguro que estos peques nos piden repetir en nuestro próximo salto a la isla afortunada.
¡Cómo mola! Y la verdad es que por seis euros está más que bien. A mí no me hubiera gustado la bola esa. No me gusta que me pongan cabeza abajo, como ya he explicado en multitud de ocasiones. Besotes!!!
ResponderEliminarJajaja no te ponen cabeza abajo. Como mucho te pones tú. Sólo se mueve impulsada por tus movimientos. Lo único que no mola nada es que te aplastan los pies, pero es necesario para tu seguridad :D
EliminarQ chulo!!! Está mucho mejor q el de Valladolid al q hemos ido nosotros.
ResponderEliminarLa verdad es que se lo curran mucho. Al de Valladolid no hemos ido. Habrá que darse el salto que seguro que también mola :D
EliminarNos encantan los museos de la ciencia jejeje
Q chulo!!! Está mucho mejor q el de Valladolid al q hemos ido nosotros.
ResponderEliminarA nosotros nos encantò y me pareciò un Museo muy interactivo y completo Què abarca muchos temas variados e interesantes y hemos Ido a muchos museos, incluido el de Valencia. Pero este Es muy càlido, muy para Los niños desde pequeños.
ResponderEliminarTengo las mismas fotos Què tù y otras màs, donde las teles con videojuegos había una plataforma con suelo de luces Què te subías y lo Què pisabas tambièn se reflejaba en el videojuego en la pantalla. Y estaba la habitaciòn como la Què sale en el hormiguero ,Què te ves pequeño o muy grande, en la parte de ilusiones òpticas. En fin, completísimo.
Qué chulo! Y lo q disfrutan tus peques con esas cosas! Apuntado queda para cuando vayamos a tu tierra ;)
ResponderEliminarSíiii. Totalmente recomendable. A ver cuando das el salto al charco. Avísame jajaja
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