Mi madre tiene una terraza de esas que nos gustaría tener a todos: grande y con mil posibilidades. Pero ella no la usa... Ainss. Así que cuando vamos hay que aprovecharla para que no esté solita y abandonada la pobre. Entre todos montamos el chiringuito y la dejamos ideal para momentos de relax. Una gran mesa, las sillas, la casita de los niños, la cocinita y... la joya de la corona: una piscinita ideal para refrescarse.
Allí nos subimos las cervezas, las papitas, las aceitunitas, los refrescos y tan ricamente. Se está de lujo. La pena es que venimos tan pocos días y queremos hacer tantas cosas que no la usamos todo lo que nos gustaría. No se puede tener todo. Al menos tenemos nuestros oasis para descansar a gusto después de nuestras excursiones.
Qué gozada, hija... Besotes!!!
ResponderEliminarYa ves. Si no viviera tan lejos le invadiríamos la terraza cada dos por tres jajaja
EliminarEntre todos os montais una en la terraza y tu madre dirà:" ¡Què se acabe pronto las vacaciones! Jaja, Ellas encantadas pero seguro Es mucho ajetreo cuando estàn mayores,claro.
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