Me costó dios y ayuda que Daniel llevara libros al cole para tal fin porque resulta que, justo en ese momento, le gustaban todos. Hasta los que hacía siglos que ya no se miraba. Se aferraba los que le había presentado como sugerencia con cara de ultraje. Al final le convencimos para llevarlos con el razonamiento de que siempre podía coger los suyos de nuevo.
Cuando se enteró de los que había llevado su hermano tampoco le gustó un pelo. "El viernes los coges de nuevo, eh, Iván", le repetía a su hermano una y otra vez. "Que esos libros molan mucho".
Así que llegó el viernes y se fueron al cole muy emocionados. El primero que salió a mi encuentro esa tarde fue el primogénito, blandiendo un ejemplar muy chulo del famoso Gerónimo Stilton que traía una historia y sugerencias de juegos veraniegos, un librito sobre la aventura de unos mamuts y un zorro que tenían que huir de los salvajes humanos y otro librito de jugar a ser detectives y encontrar cosas en las imágenes. Los dos últimos eran de los que regalaban en el McDonalds y Burger King y, curiosamente son los que más juego le están dando, no se despega de ellos. Le han encantado. Más que el del ratón periodista. Que lo tiene en la cola para leer.
Así que llegó el viernes y se fueron al cole muy emocionados. El primero que salió a mi encuentro esa tarde fue el primogénito, blandiendo un ejemplar muy chulo del famoso Gerónimo Stilton que traía una historia y sugerencias de juegos veraniegos, un librito sobre la aventura de unos mamuts y un zorro que tenían que huir de los salvajes humanos y otro librito de jugar a ser detectives y encontrar cosas en las imágenes. Los dos últimos eran de los que regalaban en el McDonalds y Burger King y, curiosamente son los que más juego le están dando, no se despega de ellos. Le han encantado. Más que el del ratón periodista. Que lo tiene en la cola para leer.
Cuando vió salir a su hermano salió disparado hacia él para ver cuales había cogido. Venía cargando con uno sobre el color verde de Edebé muy brillante y otro muy colorido de animales de granja. Oí que le decía: "Veeees. Ves como es mejor éste que el que llevé... Vienen gatitos y pollitos y burritos..." y el hermano asentía emocionado mirando las adquisiciones del más pequeño.
Ha sido todo un éxito. Están muy orgullosos de los libros que ellos solitos han elegido en el cole.
Tus hijos deben de tener genes de mi madre, que ni loca da un libro y yo le digo que para qué si ya se los ha leído jajaja
ResponderEliminarBesos
Pues sí que se parecen jajaja
EliminarPero el pequeño sí que quería intercambiar ;)
en el colegio de mis hijos también han hecho el intercambio de libros (por primera vez) y los míos no han querido participar, y yo no he querido forzarlos porque la idea de llevar un libro (bien) cuidado y correr el riesgo de traer cualquier cosa no me entusiasma a mi tampoco
ResponderEliminarYa. Ese era el miedo de mi marido, pero al final le convencí porque los libros que llevaban eran los que ya se les "habían quedado pequeños". Muchos de esos libros se los habíamos regalado a mamis con niños más pequeños, pero algunos nos quedan por aquí. Al final son libros que en casa sólo cogían polvo, estaban en buen estado y eran atractivos para que les pudieran gustar a otros niños. De hecho, los que llevó Iván se los quedaron sus amigos más cercanos y están encantados con ellos. Además, hay libros que te pueden llegar a sorprender mucho aunque no prometan mucho en un principio. Al final el mayor está como loco con los libros de publicidad del McDonalds y el Burger King. Y el de Stilton, que es el que más le ha gustado al padre, ni lo mira. Y el más pequeño no para de leer y releer sus adquisiciones :D
EliminarPues es una idea genial, habrá que proponerla por aquí
ResponderEliminarA mí me parece estupenda. Siempre hay un libro que tu hijo no quiere por la razón que sea y otro desea :D
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