Cuando lo vi, ya sólo el título me llamó la atención: El gran libro de relatos de Piratas y Corsarios. Promete mucho ¿Eh? La colorida portada también anima a llevártelo contigo, pero lo que yo sabía que era todo un puntazo para niños y mayores era la diversión extrema que nos prometía desde una de las esquinas inferiores: ¡Con realidad aumentada! Oooooooh. Quiero, quiero, quiero... Y Boolino escuchó mis plegarias y me lo envió a casa para los, ejem, niños.
Cuando llegó se lo enseñé a los churumbeles que lo cogieron casi con ansia. Abrieron las tapas casi sin mirar la portada y alucinaron con las atrayentes, inquietantes y un poco siniestras ilustraciones de las aventuras pirata. Se tiraron un buen rato repasando la galería de personajes que viene al final. "¿Y este quien es?", "¿Y este?", "¿Y este?"... Nos lees su historia, porfiiiii.
Después de un buen rato al mayor le dio por mirar la portada y gritó jubiloso: "Mamiiiiii, aquí hay un móvil dibujado. ¿Esto para qué eeeeees? Trae el tuyo, porfi porfi porfi...". Pero de nada le valieron los siete mil porfi que corearon entre él y su hermano porque se nos había hecho tarde y se fueron de cabeza a la cama.
En cuanto me cercioré de que roncaban apaciblemente saqué el móvil y me dispuse a comprobar que funcionara la cosa de la realidad aumentada, ejem, para que no se llevaran una decepción si había surgía algún problema y esas cosas. Me instalé la aplicación en pocos minutos y empezó la diversión. ¡¡¡Que pasada!!! Mi marido y yo nos enganchamos a pasar páginas buscando el simbolito del baúl con fondo rojo que indicaba que allí había escondida una sorpresa virtual: animaciones, minijuegos de aventuras gráficas, juegos de observación, efectos... Molaba demasiado. Incluso te puedes hacer una foto con un pirata, pero, como soy un poco (bastante) tecnolerda, aún no he descubierto dónde porras se guardan las fotos.
Al día siguiente, mis churumbeles me recordaron ansiosos el tema ese del móvil en la portada del libro de los piratas... "¿Te acuerdas, mami?" "Seeeeep" "QUEREMOS VERLO YAAAAA". En fin que me lo dejaron clarito, así que ya no les hice sufrir más y traje mi móvil. Éxito total. Son fans absolutos de la realidad aumentada de este libro.
Daniel se pasó uno de los jueguitos en dos días muy emocionado. Lo único malo es que el entusiasmo que tenían porque les leyera las historias ha decaído un poco. Cada vez que intento sacarlo para empezar una historia me hacen ojitos para que les deje el móvil. Y eso que las historias también molan un montón. Están llenas de emoción, batallas, aventuras, sacrificios... incluso piratas fantasmas... Pero habrá que esperara a que se les pase la fiebre por la realidad aumentada para volver a retomarlas.
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