La rivalidad entre hermanos es algo lógico y esperable. Seguramente sea hasta algo natural y sano. Pero hay límites, digo yo. Y en esta casa se están pasando de castaño oscuro. Hemos llegado al "Sírveme a mí la comida que a Iván se la serviste primero ayeeeeer", "Noooo, mentiraaaaa. Que se la serviste a Danieeeel". O "Yo pruebo primero el juego nuevo de la tablet porque siempre los prueba primero Daniel", "¡¡¡¡Mentirosooooo!!! El último lo probaste túuuuu"... Y así en un bucle infinito con las cosas más insignificantes. ¿En serio vale la pena las peloteras tremendas que se forman por comerse el arroz medio minuto antes que tu hermano?
La última ya clamaba al cielo: "Es que Daniel ha ido al médico doooooos veces y yo solo unaaaa buaaaaa" ¡Pero y a mí qué me cuentas! ¡Yo que culpa tengo! Ni que fuera plato de gusto ir al médico. ¿Alguien lo entiende? Pues que venga a explicarmelo porque para mí como si fuera chino.
Os podéis imaginar quien suele estar en medio de la trifulca: ¡Yo! Que si quiero más al otro, que si le hago más caso, que si siempre hago lo que quiere el otro... Buuuuf. Que harturaaaaa. Voy a empezar a hacer únicamente lo que YO quiera. A ver si así se callan de una vez. Aunque lo dudo mucho porque ahora estamos en época de "No es justoooooo", "Eres malaaaaaa", "Nunca haces lo que yo quierooooo"... Dicen que es porque se acerca el final de curso y están cansados, pero también me cansé de que tengan excusa para todo. No cuelaaaaaaaa.
Yo también estoy cansada y no les acuso de todos mis males. ¿Os imagináis?: "Me ha caído un marrón en el trabajo... ¡Por tu culpa Daniel!", "Tenía que salir y justo se pone a llover... ¡Que malo eres Iván". Pues yo no me lo imagino. No me cabe en la cabeza y me tienen con la paciencia justita justita.
Últimamente zanjo las discusiones con un "¡Los dos castigados!", "Pero mamáaaa", "¿Quieres doble castigo?". Ya sé que no es lo mejor, ni lo más correcto, ni me paro a entenderles y todo eso, pero es que... ¡¡¡Gruarlll!! Hay que vivirlo, esto no se puede contar con toda la intensidad que supone.
Y encima ocurre todos los días... ¡varias veces! Buuuuf
Lo peor de todo es que es una fase extralaaaarga. Mis hermanos y yo nos peleamos hasta más allá de la mayoría de edad, que yo recuerde. Mis pobres padres. Ainsss. Ahora les entiendo. Espero que hayan épocas más suaves y que esa época empiece ahora. Sería tan maravilloso.
No digo que se peleen en todo momento. Tienen ratos que te los comerías: Se ayudan, juegan juntos, se cuentan cosas... Pero escasos, escasos.
Como te entiendo .... ¿Esa fase acaba alguna vez?
ResponderEliminarBueno... Yo empecé a llevarme bien con mis hermanos cuando me fui a estudiar fuera de casa a los 18 jajaja
EliminarLa distancia nos hizo ver cuanto nos queríamos. Pero mis hermanos, que convivían se seguían llevando mal. Supongo que es una cuestión de demasiado roce jajaja
Ánimo!!!