Las catapultas, una manualidad muy divertida

Curioseando por twitter me encontré una manualidad perfecta para hacer el puente de mayo. Daban lluvias y me daba en la nariz que íbamos a estar bastante tiempo encerrados en casa (aunque al final salimos más de lo que yo pensaba). Se trata de una catapulta de pompones hecha con palitos de helado, una cuchara de plástico y unos elásticos que publicó Guía de manualidades.

Fácil y con millones de posibilidades. Como a nosotros nos gustan. Me llevé todos los materiales al pueblo y en un ratito de relax les propuse hacerla a los peques. Enseguida accedieron muy ilusionados. La palabra catapulta tiene mucho tirón entre mis churumbeles.

Se sentaron frente a los materiales y me miraron expectantes esperando mis instrucciones. No me hice de rogar y les pedí que juntaran siete palitos del mismo color y que los mantuvieran pegados con elásticos. Después les pedí que juntaran dos palitos de otro color y que les pusieran un elástico por un extremo. En uno de ellos afianzamos la cuchara de plástico con los elásticos. Metieron los siete palitos entre los dos palitos con la cuchara, sujetaron ambas partes con los elásticos y... ¡tachán! Una estupenda mini catapulta ideal para idear mil juegos.

Y eso es lo que hicimos. Primero les presenté el que se me había ocurrido a mí. Se cogen tres vasos de diferentes colores y se reparten pompones del mismo color a cada jugador, pero diferentes entre si para diferenciarlos a la hora de contar los puntos. Con las catapultas tenemos que apuntar a los vasos enemigos. Cuando se acaba se cuentan los puntos positivos (los que hayamos colado en el vaso enemigo) y los negativos (los que colemos en nuestro propio vaso). Se saca la cuenta y gana el que más puntos tenga. Tenemos tan mala puntería que tardamos un siglo en dar por finalizado el juego.

Entonces Iván encontró nuevas formas de juego usando los vasos en diferentes posiciones y Daniel se centró en jugar con su imaginación, las catapultas y el castillo de Wiplii.