Por qué no fue buena idea llevar a los peques a Los Guardianes de la Galaxia vol. 2 en la Fiesta del Cine

En esta casa nos encanta la Fiesta del Cine. Es la única ocasión en la que puedes ir al cine sin dejarte una pasta gansa. En esta ocasión cada uno tiraba hacia una película, así que yo veía avecinarse la tormenta. Daniel quería el bebé jefazo, Iván Power Rangers y papá Los Guardianes de la Galaxia Vol. 2. La opción de Iván no aparecía en los cines cercanos a casa así que la cosa estaba entre el mayor y Raúl, que no desaprovechó la ocasión de lavarles el cerebro con sesión de cine especial de la primera parte incluída para crearles la necesidad de ver la secuela.

Lo logró y los tres se frotaban las manos pensando en lo bien que se lo iban a pasar. Yo no estaba muy segura de que fuera una buena opción para la edad de los peques, pero teniendo en cuenta que son muy fan de pelis como el señor de los anillos o las nuevas de Star trek, pensé que esta no sería muy diferente.

El comienzo prometía mucho. Es espectacular, pero luego me pareció que el guión caía demasiado en diálogos idiotas llenos de palabrotas y chistes verdes o tontos con muchas pichas y pezones. Encima el argumento no se puede decir que fuera de lo más original. Definitivamente, después de lo mucho que me gustó la primera, esta segunda parte me decepcionó mucho.

Las escenas de violencia son bastante explícitas y algunas me parecieron demasiado para los peques. traté de taparles los ojos, pero no se dejaron. Y encima el padre estaba a los suyo sin caer en mis dilemas maternales y disfrutando de la película como un niño más. A cada minuto que pasaba más sufría por lo que los peques estaban viendo, pero ellos tan pichis. Las muertes con horribles torturas no hacen mella en ellos. Creo que debería empezar a preocuparme.

No respiré tranquila hasta que llegaron las letra del final. Pero entonces comenzó un episodio de lo más desagradable. Dos personas adultas empezaron a pegarse a patadas y puñetazos justo en las butacas de atrás. No quedamos alucinados. Afortunadamente el acomodador acudió enseguida a poner orden. La trifulca fue entre un jovencito y un hombre de unos cincuenta años, pero no sabemos ni cómo comenzó ni el motivo porque estábamos todos muy atentos a la pantalla. A mi grito de "Aquí hay niños" el jovencito se apartó y dejó la pelea, pero al otro hubo que sujetarle. Me parece de vergüenza. Mis dos hijos observaban la escenas con los ojos como platos y muy atentos.

Enseguida comenzaron a hacernos mil preguntas que no sabíamos cómo responder. Nos cambiamos de asientos y vimos las escenas de las letras casi en primera fila por alejarnos del pifostio que estaban arreglando entre el acomodador y otros chicos jovencillos que acudieron en su ayuda. Hay un montón, así que si vais a verla esperad a que acaben las letras para no perderos nada.

Lo que tengo claro es que la próxima fiesta del cine vamos a ver una infantil. Y si el padre quiere una de adultos que se vaya con sus amigos. Vaya tela. Daniel todavía está decidiendo si le gustó más las impresionantes luchas de la pantalla o la pelea real a sus espaldas.