Daniel está enamorado de los libros de cocina para niños que hay en la biblioteca de su cole. Sobre todo de un colección que se llama I am Sam y que es demasiado atractiva como para no reparar en ella. El primero que cogimos fue Comida divertida para niños, que se basaba en sandwiches, bocadillos, pasta y frutas. Se lo pasaron genial haciendo un gato, un mosquito y un erizo. Y ahora le tocó el turno a Tiburones divertidos y caracoles curioso, una bomba de azúcar de lo más peligrosa. Todo en su interior son chuches, galletas y chocolate. Normal que se lo quisieran llevar a casa del primer vistazo.
Estaban tan entusiasmados que a ver quien es el guapo que les niega el capricho, así que una tarde fui a por lo ingredientes (en pocas cantidades, que luego me como yo las sobras y pasa lo que pasa) y lo preparé todo para un sesión de cocina infantil.
En cuanto llegaron a casa les sugerí que se hicieran ellos mismos la merienda y cuando vieron el libro marcado con dos pinzas de la ropa por las figuras que más les habían llamado la atención se pusieron contentísimos. "¿De verdad has comprado los ingredientes?" exclamó el mayor entusiasmado, "Vamos a hacer figuras de chuches. ¡¡¡¡Bieeeen!!!" le secundó el pequeño.
Daniel había elegido un dragón para su plato e Iván un ordenador portátil. Teníamos que seguir los pasos poco a poco porque teníamos que ir cambiando de página cada vez con mucho cuidado de no ensuciar el libro. Empezaron muy felices, pero enseguida vieron que untar nocilla en galletas o bizcocho no era tan fácil como parecía. Si no se tenía el debido cuidado se partían muy rápido. Y mis niños no resaltan por ser cuidadosos precisamente.
Así que les tuve que ayudar mucho, muchísimo. Llegó un momento en que ellos se iban comiendo los ingredientes mientras yo trabajaba. "Pero que morrooooo" estallé yo, "Pero si tu lo haces muy bien", aseguró el primogénito adulador. "Mira mami, estoy haciendo como que te ayudo" me indicó el pequeño a ver si colaba. "ESo no valeeeeee", me quejé yo.
Y no les quedó más remedio que volver al tajo, aunque ya estaba hecho lo más difícil. Evidentemente, hubo lugar para dar rienda suelta a la creatividad y que pusieran sus toques personales. Iván añadió un cable a su ordenador, pero se lo comió tan rápido que fue visto y no visto. Las teclas las puso a su criterio, sins seguir la sugerencia de la foto. Su hermano se las arregló para adornar el lomo del dragón sin necesidada de seguir peleándose con las frágiles galletas.
Al final quedaron unos platos muy chulos. Claro que, entre pitos y flautas, al final comieron muy poco porque se ve que los ingredientes ya les habían llenado bastante. Eso les pasa por gumias.
El caso es que tenemos merienda para muchos días.
¡Qué chulada! Jajaja! De todos modos te digo que aunque no hubiesen ido picando en el proceso, la merienda es una señora merienda y tiene que llenar lo que no está escrito jajajajaja ... Después de eso tenéis que pillar el libro Comida detox divertida :p. Un besete
ResponderEliminarYa ves!! jajajaj Mi marido casi me mata cuando vio la merienda. Pero vamos, teniendo en cuenta que he suprimido los postres en las comidas e intento hacer los desayunos y meriendas sanos, nos podemos permitir un día especial jajaja
EliminarEse libro tiene que caer en nuestras manos jajaja ya
ResponderEliminarEs divertidísimo!! Aunque hay ingredientes que no tengo ni idea de qué son y los cambio a placer jajaja
EliminarComo las pastas blanca y verde que yo cambié por nocilla blanca y negra ;)
¡Que maravilla! Cuanta creatividad culinaria... Gracias a Daniel por descubrirnos este cuento tan delicioso. ¡Me encanta!
ResponderEliminarNo sé que les gusta más si hacer creaciones culinarias o comer jajaja
Eliminarla verdad es que el libro está muy bien. 100% visual. Demasiado porque hay ingredientes que hay que adivinar jajaja
Alucino pepinillos con el dragón. Si es que no les niegas nada... Besotes!!!
ResponderEliminarSoy una blanda... sniiiif
EliminarEsas son las mejores manualidades. Luego las disfrutas comiendo y encima no ocupan toda la casa ya que desaparecen jejeje
ResponderEliminarBesos
Arte efímero que le llaman jajaja
EliminarEfímero y delicioso ñam ñam
Aunque no creas que comparten. Ahí les queda todavía, pero es suyooooo, suyoooooo...
q pasada!!!!!!!!!!!! q chulos os han quedado.!!!
ResponderEliminarbueno y lo de Daniel ¡espectacular! precioso!
Graciaaaaas!!!! Lo que más les gustó fue comérselo jajajaja
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