viernes, 29 de abril de 2022

La experiencia Inmersiva de Klimt

La obra de Klimt impresiona, y creo que normalmente para bien. Ese estilo modernista tan suyo, extremadamente reconocible y normalmente generoso con el color dorado es maravilloso. Es uno de mis artistas favoritos, así que no me pensé mucho pagar poco más de 12 euros por cabeza en una entrada familiar a Klimt. La experiencia inmersiva. Y no me arrepentí, si bien vi algunas carencias en la exposición.

En mi opinión, han apostado fuertemente por el espectáculo audiovisual y, un poco, en desarrollar la figura de la mujer en su obra y en la época, olvidándose del artista en sí mismo y en lo que intentaba transmitir en las obras que nos muestran con tanta espectacularidad.

Si no tienes ni idea sobre esta figura tan importante del mundo de arte, vas a salir casi igual que como entraste. Eso sí, vas a flipar con la sala de proyección inmersiva. Me hubiera quedado allí horas viendo el vídeo en bucle, aunque mis hijos con una vez tuvieron más que suficiente. Ellos se esperaban que fueran imágenes interactivas, de esas que detectan tus movimientos y reaccionan en consecuencia, y se sintieron un poco decepcionados. 

Pero para mí fue algo maravilloso. Aconsejo ir a primera hora de la mañana para poder disfrutar de la experiencia con tranquilidad. Iván se lo pasó bomba intentando las atrapar mariposas, estrellas fugaces y medusas que iban apareciendo en el suelo. Pero eso sólo fue posible porque la sala estaba casi vacía.

Como recorrimos la exposición casi corriendo porque los peques estaban deseosos de ver todo lo que ofrecía pudimos disfrutar de todo con poquísima gente y luego volvimos sobre nuestros pasos para verla con más tranquilidad y os puedo asegurar que la cosa cambia mucho. La sala de proyección se llena completamente y ya no es nada fácil jugar a perseguir nada, lógicamente, porque molestas al resto.

La segunda sala contiene un recurso que ya habíamos conocido en otra exposición de La Fundación Telefónica y que mola mucho. En una de las paredes se proyecta un video de una noria y diferentes clases de zepelines y cohetes volando por el cielo. 

Delante de esa pared está el proyector con scanner y unas mesas muy largas llenas de folios con los modelos de los vagones de la noria y los aparatos voladores. Eliges el que más te guste, lo coloreas como quieras y, cuando lo escaneas, aparece mágicamente en la pantalla. Hace muchísima ilusión ver tu obra dando vueltas por la proyección. 

Aquí nos pasó algo curioso. De repente empezaron a aparecer un montón de dirigibles gato que había pintado Iván. Tardamos un poco en descubrir que otros niños cogían su obra de la mesa y la volvían a escanear varias veces porque les hacía gracia. Al que no le debió hacer tanta gracia fue al vigilante, que hizo desaparecer el diseño del peque y reinició el vídeo para borrar a las hordas gatunas.

También nos pareció curioso el fotomatón que convertía tu cara en  cuadro de Klimt. Al ser de los primeros pudimos usarlo todas las veces que quisimos, pero a la segunda vuelta vimos que se había formado una buena cola. La verdad es que nos alegramos varias veces de haber madrugado para entrar de los primeros.

En la misma sala de la proyección que incluye tus diseños y del fotomatón había un deconstrucción muy curiosa de El beso. Lo que les costó a los peques encontrarle el sentido. Como se nota que les falta mucha cultura Klimt. Yo lo vi a la primera.

Por ultimo está la sala de la realidad virtual, en la que unos chicos encantadores te ayudan a ponerte unas gafas y unos cascos para que disfrutes de una sesión 360 grados de las obras más famosas de este artista. Aquí es donde creo que podrían haber incluido una pequeña explicación de cada obra en vez de sólo música, aunque seguro que muchos opinarán diferente y preferirán relajarse ante las impresionantes imágenes en 3D acompañados de las notas musicales.

Como ya dije, volvimos hacia atrás para ver la exposición más tranquilamente. Pero a los diez minutos de la sala de proyección inmersiva mis hijos decidieron que sólo ver algo que ya habían visto era muy aburrido, así que me dieron la tabarra hasta que consiguieron convencerme para irnos. 

Me quedé con las ganas de leer los carteles del inicio. De hecho, porque pensaba que hablaban largo y tendido sobre el estilo y significado de la obra de Klimt, pero Raúl, que sí se los había leído, me dijo que era una información muy superficial y sobre todo centrada en el papel de la mujer en la época y en el movimiento modernista de la secesión vienesa, del que Klimt era uno de los más eminentes artistas y que buscaba una experiencia artística completa más allá de una sola disciplina mezclando la habilidad extraordinaria de diferentes ramas como la pintura, escultura, arquitectura...

En fin, que como espectáculo impresiona, pero para ampliar el conocimiento sobre el artista se queda un poco corta.

Les pregunté a los peques si habían aprendido algo sobre Klimt y me contestaron que triunfaría como diseñador de videojuego. 

Ya en casa saqué el libro que tenemos sobre él para ampliar conocimiento sobre lo que habíamos visto, pero me miraron como si me hubiera vuelto loca. En fin, al menos les sonará su obra. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me encanta saber lo que piensas.