No sé a qué se debe porque yo pongo un tono autoritario en mi voz y puedo asegurar que no se me escapa ni una sonrisita, pero aún así no me toma en serio. Cuando le riño me sonríe y sólo llora si lo cojo y lo alejo de el objeto de su deseo. En cambio Raúl le suelta "¡Eh!" y el bebé se queda quietito y lo mira serio. Así, sin más. Sin esforzarse en absoluto y ya tiene a Daniel dominado. Y yo que me mato por conseguir hacerme la dura y pasa totalmente de mí. Es un poco frustrante. Tendré que perfeccionar mi técnica.
sábado, 26 de junio de 2010
Autoridad paterna
Me temo que Raúl impone mucho más que yo. Por lo menos en cuanto el niño se refiere. Y eso que yo tengo infinitamente peor genio que él. Cuando el bebé está haciendo maldades (el 99% del tiempo) su padre sólo tiene que chistarle y él detiene su actividad de inmediato. Su madre intenta hacer lo mismo y le hace oídos sordos. Ya puedo desgañitarme gritando su nombre que si está entretenido en el desmembramiento de lo que sea, hace como quien oye llover.
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