Ultimamente me junto cun una madre que he conocido en la guardería para dar el paseo al niño. Parece una tontería, pero por las semejanzas entre ambas (madres primerizas, jóvenes relativamente, hijo bebé con diferencia de un mes...) me siento un poco comprendida. Otras madres con hijos más mayores parecen haber olvidado sus inicios o les tocó otra época con métodos diferentes.
Mi madre, directamente, pasa de los detalles y se va al grano. "¿Tú estas bien?, ¿El niño está bien? ¿Raúl está bien?... Pues genial, ahora cuentame anécdotas de Danielito". Mi suegra el otro día me soltó que ella veía que hacía muchas tonterías, pero que me dejaba hacer si con ello me veía más contenta. Mi hermano asegura que me paso tres pueblos con mis cuidados, cuando él era un padre pegado a una niña. Pero ya no se acuerda de eso (el resto sí nos acordamos, Fernando).
A esto me refiero cuando digo que me siento un poco incomprendida, aunque le cuente mis cuitas a padres jóvenes como mi hermano y su mujer. Con esta chica con la que paseo es distinto porque le puedo contar cualquier nimia preocupación y ella me contesta "A mí me pasa lo mismo" y viceversa. Una conversación puede ser "¿No crees que a Daniel le lagrimea mucho el ojo?", "Un poquito sí, pero no parece muy grave. Mi chico no gatea todavía, creo que voy a ir al pediatra a ver si me dice algo", "Si te sirve de consuelo el mío tampoco, pero no está de más que vayas al pediatra" y así todo el rato intercalado con otros temas como las vacaciones, el tiempo y, el mejor de todos, nuestros maridos (jua, jua, juaaaaa). Además, es genial saber que no estás aburriendo a tu interlocutor con una charla interminable sobre tu hijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me encanta saber lo que piensas.