Volvemos a las andadas. Cuando ya mi chico mayor me soltaba de la mano antes de cruzar el patio de Infantil y me dejaba allí plantada con un "Ya voy yo solito, mamá. Que soy muy mayor", volvemos al "¡No quiero ir al coleeee! Acompáñame hasta la puerta mami. Sniff sniff". Una semana en casa recuperándose de la gripe ha acabado con todos los progresos que habíamos conseguido. ¿Habrá tenido otra pesadilla? Cuando le pregunto por el cole sigue sin contarme nada. Y la profesora tampoco ve indicios de nada raro. ¿Me está tomando el pelo?
Supongo que tras una larga semana en casa es normal que no le apetezca volver al cole. Aunque, teniendo en cuenta que no ha salido de casa para nada hasta el fin de semana yo estaría deseando ir a donde fuera con tal de salir de estas cuatro paredes. ¡Y dentro de nada! Semana Santa Y otra vez lloros y pataletas ante las puertas del colegio y la guardería.
Nos armaremos de paciencia y cariño infinito.
Yo creo que todos los parones les sientan fatal (Peque los acusa muchísimo!), así que, como tu dices, mimos y paciencia hasta el infinito y más allá!
ResponderEliminarMuas!
PS: Muy chula la nueva cabecera!
Pues sí. Y dentro de poco Semana Santa y ¡otra vez a volver a empezar! ;)
Eliminarpobre, pooco a poco, besotes
ResponderEliminarHoy ha entrado tan tranquilo. ¿Alguien entiende a estos peques?
EliminarMenudo rollo los retrocesos! Y luego se estrañan cuando una no quiere hacer excepciones en las rutinas.... Ánimo!
ResponderEliminar¡Cómo te entiendo! Excepciones pocas y contadísimas!!! Que luego se nos desmandan.
EliminarLo que pasa es que es un chico muy listo: a mi tampoco me gusta el cole!!!; bueno pero frases a parte, ya sabes que la constancia vence lo que la dicha no alcanza, así que si no hay pesadillas y ningún compañerito le está haciendo la vida imposible, muy pronto retomará el ritmo.
ResponderEliminarUn abrazo
Hoy se ha metido en clase tan feliz y ayer me dijo una madre que va a recoger a su hijo a la hora de comer que se lo encontró muy sonriente jugando con sus amigos. Parece que no hay de qué preocuparse, pero nunca está de más estar atenta.
EliminarLa despreocupación es mala y el exceso de ella también. creó que lo difícil en la educación de un hijo es alcanzar el equilibrio. ni preocuparse demasiado ni no preocuparse. esa es la cuestión.
ResponderEliminarE ahí la cuestión. Difícil establecer ese límite.
EliminarYo creo que lo que tiene es un caso de mamitis agudo, por haber pasado tantos días en casa... Seguro que se le pasa pronto. Un besote!!!
ResponderEliminarSeguramente tienes razón. ¡Y ahora viene semana santa! No lo quiero ni pensar...
EliminarComo en casa en ningún lado! Si lo piensas es todo un halago en realidad! Ayyy estos niños cómo son!
ResponderEliminarDesde luego, tienes toda la razón, pero se te queda encogido el corazón de verlo entrar llorando y clamando por su mamá. Sniff sniff...
EliminarLo que comentas, paciencia, muchaaaaa...
ResponderEliminarSaludos, Entre Pañales y Biberones
A kilos porque ahora le toca comenzar al hermano pequeño. Me echo a temblar de lo que me espera!!!
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