Delicattesens

Desde la noche de las fajitas de Old el paso que nos mandaron desde Youzz, mis hijos se han dado a la vida gourmet y nos piden a su padre y a mí que los soprendamos. Después de probar comida internacional china, alemana, libanesa e hindú, se hicieron aún más exigentes, así que cuando uno de los clientes de la empresa en la que trabajo actualmente me ofreció carne poco habitual no me pude resistir y me fui a casa cargada de cocodrilo, wagyu, Angus negro y búfalo. ¡Vaya alegría se llevaron los peques! Sobre todo el mayor, que ahora llama al dueño de Carnicería Pacheco "tu carnicero, mami" y no hace más que hacerme listas de los próximo que tengo que pedirle: avestruz, pitón, jabalí (cómo Obelix, mami)...

La verdad es que la carne que llevé a casa fue todo un éxito porque la calidad era excelente y el sabor buenísimo. Al final me pasó con la cantidad y tuvimos para dos cenas. Los peques aseguran que lo que más les gustó fue el cocodrilo a la plancha. En realidad, estaba preparado para carpacho y los adultos lo tomamos crudo con aceite, limón y un poco de pimienta (delicioso), pero fue demasiado para los peques y le pasamos los filetitos por la sartén. A mí lo que más me gustó fue el angus negro, que se deshacía en la boca como si fuera mantequilla y a Raúl el Wagyu, por su sabor.

La verdad es que me encanta la curiosidad y afán de probar sabores nuevos que tienen los peques. Aunque luego le ponga merluza al mayor y me lo tire a a cara. O filete de ternera al pequeño y lo aparte con cara de asco. Son de morro fino. ¡Que le vamos a hacer!