Si a un niño le puede emocionar un palo os podéis imaginar toda una enorme monataña de palos. Y si hay dos ya ni te cuento.
Nada más entrar al parque todos los peques salieron volando hacia una dirección muy definida. Cuando las mamis enfocamos la vista hacia su objetivo nos quedamos heladas. En una principio pensamos que eran montañas de abono (alguna vez se ha dado el caso). Gritamos como locas para que nuestros peques pararan su carrera ante de que se pusieran de caca de vaca hasta las orejas, pero cuando llegó el primero nos dimos cuenta de que no se hundían, así que debía ser otra cosa: ¡palos! cientos y cientos de palos.
¡Que más se puede pedir! El paraíso, una parque de atracciones para los niños. Ya nos pudimos quedar ronca llamándoles para que se tomaran la merienda que por ahí no se acercaban ni de casualidad. Cuando quieren se hacen los sordos de maravilla. La de juego que les dieron las montañitas.
El punto a favor es que no te volvías loca buscándoles por el parque cada cinco minutos, porque hay que ver lo que se puede mover un chiquillo en un minuto que te despistes. Sino que se quedaron toooooda la tarde en el mismo punto para descanso ocular y nervioso de las mamis. Siempre intento ponerles alguna prenda de ropa de colores chillones para verles del primero vistazo, pero no hizo falta.
Una pena que al día siguiente sólo quedara un pequeño montículo y al siguiente no hubiera ni rastro de las montañas y tocara buscarles de nuevo con la mirada cada dos minutos.
jajaja y ¿que hacían ahi esos palos? Al niño del anuncio le habría dado un síncope jajajaj
ResponderEliminarLos pusieron ahí para colocarlos en la zona ajardinada. Me han contado que así evitan que crezcan las malas hierbas. No tenía ni idea. Y claro, a los dos días ya los habían distribuido por todo el parque y no quedaba nada de la montañita. Una pena! ;)
Eliminarjajaja ¡un paloooo!!! jejejeje bueno otras actividades y paciencia en el parque :)
ResponderEliminarUy! Estos enseguida se buscan la diversión en las cosas más diversas. Y algunas hasta peligrosas!!! Sight!
EliminarEspero que no los hayan descolocado mucho, que al señor que los recogió seguro que le haría mucha gracia. Jajajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarSeguro que no, pero es que la tentación es demasiado fuerte y los jardineros lo saben. En otoño, cuando le recogen las hojas y las amontonan siempre las dejan de un día para otro y, claro, los niños hacen estragos :_(
EliminarJajajajaja! Llega a ser abono y vuelven a casa perfumaditos!! XD
ResponderEliminarMuas!
Pues ya ha pasado un par de veces :_(
EliminarHola: qué original una montaña de palos. No la había visto nunca y parecía una montaña de abono. Es curioso. Seguimos en contacto
ResponderEliminarEs que ya nos hemos encontrado dos veces la montaña de abono. Y las dos veces los chiquillos la han escalado alegremente sin importarles su procedencia :_(
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