Deberes: Aprender a atarse los zapatos

Cuando pregunté al mayor qué deberes tenía para ese día, me contestó que aprender a atarse los zapatos. Ya le hemos enseñado otras veces, pero no es algo que le motive mucho y nunca ha puesto mucho interés. ¿Para qué? Si existen las playeras de velcro. Le compramos una vez unas de cordones y fue un fracaso porque pasaba de atárselas y siempre le veía en peligro de tropezón y castañazo.

Que yo recuerde, a mí me enseñaron en lo que antes llamaban preescolar y ahora infantil. Pero se ve que ahora están demasiado ocupados enseñándoles a leer, sumar, inglés... (pobrecicos). Y tampoco me motivaba mucho aprender esa parte de la rutina diaria. Recuerdo que el profe se mataba para enseñarme lo de la lazada y eso, pero yo me perdía a la mitad. Hasta que un día le dije "A ver, para que tanta historia de lazadas. Haces un nudo con los cordones doblados y ya está el lazo, hombre", mi profe se quedó pensando si valía la pena invertir más esfuerzos en enseñarme la forma correcta o dar por cerrado ese capítulo de mi vida. Evidentemente optó por lo segundo y a día de hoy no tengo ni idea de eso de la lazada y se pasa el cordón por aquí y listo.

Así que miré a mi hijo mayor fijamente a los ojos y le dije. Dame un segundo y me enseñas tú a mí la dichosa lazada esa. Al poco volvía a su lado con un cartón customizado a modo de zapatilla con cordones y todo. No lleva nada de tiempo hacerlo.

Mi hijo aceptó el reto y me comentó que le había hablado de mi "truco" para atar cordones y su profe lo había desechado porque no era el correcto . Que más dará si el cordón está atado y bien atado. En fin, que el peque se puso manos a la obra y al rato ya quería tirar la toalla porque decía que no le salí.

"Vaya, cariño, y yo que pensé que por fin iba a aprender... Me temo que seguiré con mi "truco". Pero Daniel sacó fuerzas de flaqueza y me dijo que hiciera el lazo con sus instrucciones. Creo que es la primera vez en mi vida que lo hacía bien.

Y la última porque ya estoy tan acostumbrada a la otra forma que se me ha olvidado la buena. Animado por mi éxito, volvió a intentarlo. Me temo que mi peque es más cerebral que manual y le falla un poco la psicomotricidad fina con la consiguiente frustración y abandono de la tarea. Pero se debió picar conmigo y terminó por hacer un lazo muy aparente. Más feliz que una perdiz me enseñó orgulloso su logro. "¡Cuanto me alegro! ¡Que maravilla! Ahora tenemos que practicar todos los días" "¿Qué, cómo? ¿No vale con hacerlo una vez?" me soltó muy contrariado. Para animarle le saqué las témperas  en barra y le di vía libre para decorar las "zapatillas". Lo hizo encantado de la vida. ¡Con lo que le gusta el arte! Empezó decorando la zapatilla y acabó pintando en los periódicos que le había puesto para que ni manchara la mesa. El arte no tiene límites jajaja