Desde el principio me presenté voluntaria para rotar entre el Arcón friki, la tienda de segunda mano, y la recepción, porque a mí el tema de explicar juegos se me da fatal. Siempre me olvido de alguna regla importante. Para eso ya estaban los expertos con memoria prodigiosa. Como Raúl, que a él sí que se le da bien.
Fuente: Jugando por ellos |
Y no fui la única, me encanta cuando los asistentes encuentran ¡justo lo que llevaban tanto tiempo buscando! y se van de la tiendecita con una sonrisa de oreja a oreja. O le echan el ojo a algo que querían probar, pero que no se atrevían a comprar, pero, claro, con ese precio... Quien se resiste...
Hasta Raúl se enamoró de un juego de cartas del que había oído maravillas, Star Realms, y ya tiene a los churumbeles jugando a tope con él.
A mi lado, estaba la ludoteca. De la que salían y entraban juegazos que los voluntarios explicaban encantados. Menos yo, que lo intenté un par de veces y no había manera. Soy incapaz de recordarlas ni aún habiendo jugado recientemente.
Los niños jugaron un poco aquí y allá, pero sobre todo se engancharon a una máquina retro con juegos de los ochenta que están muy decididos a pedirse por buenas notas, pero que van listos si piensan que vamos a poner una en el salón.
Daniel jugó a Ciudad Machi Koro un buen rato y luego se unió a su hermano y a otros niños con Level up, que llevaba muchísimo tiempo queriendo jugar, pero ¡oye! Cuando por fin tiene la oportunidad en bandeja se hizo de rogar horrores porque le llamaba más la maquinita del fondo.
A la tarde llegó Melisa con mi ejemplar de Mastín y la chica del galgo, al que ya le tenía muchísimas ganas. ¡Firmadito! Me lo empecé allí mismo mientras atendía la recepción. Me está gustando muchísimo. En dos días ya llevo la mitad leído.
Fue una jornada llena de risas, emoción y mucho juego con una finalidad solidaria.
De los juego que nos llevamos ya hemos probado Star Realms y Baobab. El primero es un juego de cartas con reglas parecidas al Legendary, pero más sencillas. Ideal para llevar de viaje. Es un juego de construcción de mazos y batallas para niños mayores de de 12 años (aunque Iván tiene 7 y juega sin problemas), para 2 jugadores.
El Baobab nos ha hecho bastante gracia. Encima de la caja, en forma de tronco, tienes que construir el baobab colocando las fichas según el tipo: tirándola, con los ojos cerrados, entre fichas... Gana el que tenga menos puntos negativos (cartas que tiras del árbol) cuando alguien se quede sin cartas. Está recomendado para 6 o más y es de 2 a 4 jugadores, aunque yo creo que si el niño es habilidoso puede jugar desde los 5.
Q buena iniciativa!!! (sé q acudís cada año) y además q genial lo pasáis y las cositas divers q os lleváis!!! el año q viene espero sigáis en la colaboración y disfrute!!!
ResponderEliminarMe encanta la iniciativa para ayudar a los animales
Y a mí también me encantan los eventos solidarios y poner mi granito de arena :)
EliminarUna iniciativa super chula ojalá por aquí hicieran cosas del estilo
ResponderEliminarToda ayuda es necesaria. Ojalá fuéramos ricos y pudiéramos invertir más en ayudar...
EliminarQué evento más bonito y necesario, y además lúdico, está genial.
ResponderEliminarTE veo con esa máquina en el salón, que los sepas, jajajajaja!
Hacía tiempo que no me pasaba por la blogosfera (vida 1.0 a tope de power) y veo a tus niños enooooormes!!!
Muas!
Nooooo, la máquina noooo jjajaja
EliminarLos peques están tremendos, tanto de tamaño como de carácter. Ay diossss, entre las perretas, la preadolescencia y la mala gestión de las emociones este es e cuento de nunca acabar...