lunes, 12 de diciembre de 2022

El mago Yunke. Hangar 52

La Navidad es en gran parte magia, y a nosotros nos encanta la magia, así que cuando gané las entradas del sorteo de Juvenalia Ifema para Hangar 52 Revolution, el espectáculo del mago Yunke, me sentí inmensamente afortunada. 

Y pensé que mis hijos iban a vivirlo de la misma manera, pero el pequeño adolescente me dio una gran sorpresa al negarse con gran cabezonería a ir porque ya era mayor. ¡Vamos a ver! Que para la magia no hay edad. Y encima estamos hablando del mago que ha ganado por tercera vez consecutiva el título del Campeonato del Mundo de Magia FISM, que, por lo visto, es el más prestigioso de todos en el mundo de los magos. Yo de esto no tengo ni idea del tema, pero si lo ganó por algo será y yo estaba deseando ir a descubrirlo.

Finalmente tuvimos una gran bronca y acabé llevándole obligado porque sabía que le iba a gustar, aunque un demoniejo me susurraba al oído para que le diera el gusto y luego se muriera de envidia. Tengo mi lado oscuro, qué queréis que os diga.

Pero al final me lo llevé despotricando en arameo. Y, por supuesto, le encantó. El mago Yunke y su equipo nos dejaron boquiabiertos a toda la familia, porque, en realidad, ya hasta daba igual intentar averiguar cómo hacía el truco (que es a lo que se suelen dedicar el mayor y el padre normalmente cuando vamos a ver espectáculos de magia) sino que, sólo ver la habilidad con la que los ejecuta, ya es todo un espectáculo increíble.

Además, todo el elenco se deja la piel para regalarnos una coreografía que se queda grabada en tus retinas mucho después de que todo acabe. Lo cierto es que se nos hizo corto de los que lo estábamos disfrutando. Muy corto. Y eso que es hora y media, descanso incluido.

El mago Yunke juega con ilusiones mezcladas con efectos especiales y una puesta en escena espectacular para trasladarnos al mismo corazón de la magia a través de historias y artefactos maravillosos. Algunos de ellos están expuestos en el recinto y se pueden visitar durante los descansos. Eso también me encantó. Molaba mucho acercarte a ver las máquinas mágicas que usa el protagonista del espectáculo. Además, las ha creado él.

El antiguo Egipto, espías de la primera Guerra Mundial, el hombre de Vitruvio de da Vinci, rituales ancestrales chinos... y muchos más temas interesantes sirven de hilo narrativo a cada número que se desarrolla ante los alucinados ojos de los espectadores. 

Salimos de allí entusiasmados. Desde luego es una apuesta segura para pasarlo de miedo estas Navidades.


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