lunes, 19 de diciembre de 2022

La fortaleza de Gibralfaro

La primera excursión fue a Málaga, una ciudad que nos pareció preciosa. Nada más llegar aparcamos en un parking cercano a la fortaleza de Gibralfaro que nos costó un euros todo el día y allá que nos encaminamos a respirar historia.

Es un castillo enorme que impresiona, no en vano fue la fortaleza más inexpugnable de Al-Ándalus.

El paseo por las murallas y almenas vale muchísimo la pena. Las vistas son impresionantes. En una de esas almenas me dio un susto de muerte el mayor de las fieras. Se escondió dentro y saltó sobre mí con un aullido de guerra justo cuando pasaba haciéndome gritar a mí también. Dimos el espectáculo.

Recorrimos los muros y estancias de esta fortaleza inexpugnable. Vimos sus aljibes y las mazmorras. Subimos escaleras y paseamos por pequeños jardines. Era más grande de lo que pensábamos, pero no queríamos perdernos nada.

Cuando lo recorrimos entero, por lo menos la parte abierta al público, comenzamos el camino a la Alcazaba a la que se accede por una caminito en cuesta y amurallado, que en un principio era el único acceso con el que contaba el castillo.

Por ese camino llegamos a una plaza muy bonita y allí nos metimos en la Alcazaba, otra fortaleza árabe impresionante llena de agua y jardines. 



















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