domingo, 8 de noviembre de 2020

Los fantasmicocos

Pues resulta que empezamos a celebrar Halloween quince días antes con un montón de actividades y planes chulos. Luego llegó y se fue en un suspirito, así que mis hijos no estaban nada preparados para lo que se encontraron el martes al volver del cole.

Su malvada madre había recogido todos los fantasmas, monstruos, arañas, murciélagos, momias, esqueletos... ¡¡No había ni rastro de la decoración de Halloween!! ¡¡¡¡Nooooo!!!! Sus miradas acusadores y llorosas me persiguieron durante toda la tarde. No les consoló la débil excusa de que así hacíamos hueco para al decoración de Navidad (si es que salimos de una para meternos en otra).

Sus lastimeros suspiros eran peor que los de las almas desgarradas que vagan por nuestro mundo para toda la eternidad castigadas por sus pecados y blablablabla...

El caso es que se me ocurrió que les podía hacer una merienda especial para quitarles el mal sabor de boca. Había una receta que se me había ocurrido modificar para esa fiesta, pero que ni tiempo me había dado a hacerla. La idea era montar otro taller de cocina Halloween durante el puente, pero se nos fue el tiempo volando.

Y con las semanas petadas de exámenes que nos vienen tampoco vi que ese martes fuera sobrarles tiempo (ni ganas), así que les hice yo los fantasmicos para que se los merendaran esa tarde. Éxito total. Les encantaron. Y me han pedido que repita, aunque no sean de temática Halloween.

En realidad, se trata de una receta de bolas de coco que suelo hacer bastante, pero, esta vez, en vez de esferas, les di forma de graciosos fantasmitas y les puse ojitos con pepitas de chocolate. Y, oye, que el chocolate les da un toque muy rico. ¡Vaya descubrimiento!

La receta es la siguiente:

Ingredientes:

- Coco rallado

- Leche condensada

- Galletas María (o similar)

- Pepitas de chocolate

Cómo se hace:

1- Se pica la galleta hasta que quede con la textura del pan rallado.

2- Se mezcla la galleta picada (o rallada) con la leche condensada y poco del coco rallado hasta que conseguimos una masa manipulable.

3- Se hacen bolitas y se "empanan" por el resto el coco rallado dándoles la forma de fantasmitas.

4- Se le pinchan las pepitas de chocolate a la cara a modo de ojos.

¡Y ya está! No hace falta fuegos, ni horno, ni cuchillo, ni nada peligroso (excepto la picadora, que la puede manipular el adulto). Es un postre ideal para hacer con niños.

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