jueves, 26 de noviembre de 2020

Seres fantásticos de tierra, agua, aire, fuego y más allá

Violeta Monreal, con sus ilustraciones, y Ana alcolea con sus textos y poemas, han hecho el combo perfecto para plasmar en las páginas de Seres fantásticos el sentir y personalidades de unas criaturas muy especiales.

Estamos ante un precioso álbum ilustrado que llama la atención por sus imágenes y su estructura sencilla. La clasificación se divide en cuatro bloques principales: tierra, agua, aire, fuego y más allá, siete criaturas cada una. Las fichas de cada uno consta de un pequeño poema, una lista de cuatro o cinco características principales y un precioso relato para conocerles mejor.

Al final, se incluye una sección de curiosidades que vale su peso en oro por toda la información que logra reunir en unas pocas líneas.

Este libro lleva a los niños un poquito más allá de leyendas y mitologías, para intentar entender o empatizar con los protagonistas de sus páginas, únicos y con más personalidad que la que se les achaca en la imaginería popular. Aquí nos hablan los sentimientos y anhelos de cada uno de ellos. Es una búsqueda de la empatía del lector para derribar muros de estereotipos y ampliar los límites del pensamiento crítico.

Nada es como nos lo habían pintado. Los monstruos no son sólo malos, y los buenos no son tan buenos. Seguro que todos nos podemos poner en el lugar de alguno de ellos e intentar comprenderles en sus inseguridades, convicciones y deseos.

Las autoras han sabido aprovechar la oportunidad para plasmar de una forma natural y muy correcta situaciones muy reales y problemas vigentes en la sociedad actual, como son el encasillamiento a través de etiquetas que pesan como losas, el bullying, la discriminación, la esclavitud hacia los estereotipos que acortan mentes, los destrozos al medio ambiente por parte de los seres humanos, la incomprensión y el miedo ante lo diferente... Nos encontramos ante un compendio de criaturas que han sufrido acoso, manipulación, abuso, incomprensión... Todo desde la inocencia y gracia con la que puede contarlo un niño.

En los pequeños relatos y poemas han plasmado un punto de vista diferente y muy interesante que se apoyan a la perfección en preciosas ilustraciones que dan ganas de enmarcar para forrar una habitación con ellas. Sobre todo, me encantan esos ojillos redondos, que se abren mucho mucho, como si no quisieran perderse nada de lo que pasa a su alrededor. Igual que los de los niños pequeños.

Si queréis asomaros a sus páginas y echar un vistazo aquí os dejo un extracto del álbum ilustrado.

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