viernes, 9 de abril de 2021

Daniel y la edad del pavo

Ayer publiqué un tuit sobre el tema, pero me di cuenta que me faltaron caracteres para contar nuestra situación actual. 

A ver, Daniel y yo chocamos desde que nació, aunque nos amamos con locura. Es una relación extrema jaaajajajaja Nuestros caracteres chocan como las placas tectónicas.

Y encima me temo que se va a abrir ante nosotros una nueva etapa que me da auténtico miedo. Fuerza y paciencia es lo que necesito con este chico... ¡a toneladas!

Pero voy al grano, que me disperso. Estábamos en nuestra habitual batalla dialéctica de niño listillo y madre con callo cuando va y me suelta: "Mami, acabo de entrar en la edad del pavo así que no te quejes si te llevo la contraria en todo y te parezco inaguantable".

"¿Perrrrdona?"

"Pues eso, que la culpa de mi comportamiento no es mía, sino de mis hormonas", no daba crédito. ¿Se puede tener más morro?

"De eso nada listillo. Tu comportamiento es siempre responsabilidad TUYA", le aclaré con un tono un pelín más alto de lo recomendable.

"Bueno, las hormonas son mías", y estas cosas te las suelta sin inmutarse.

"Pues te reñiré a ti y a tus hormonas. ¡Todo en uno!"

"Pero mami, no es culpa mía que ahora sea un adolescente", insistió alimentando a la olla exprés de mi cabeza. Respiré profundo y volví al ataque. Si es que al final la culpa es mía por entrar al trapo.

"¿Y eso a sido justo ahora? Ayer eras un niño y hoy un adolescente?"

"No, no. Ya llevo un par de días en la edad de pavo". ¡Tocate los...! Tranquila Dácil, tranquila.

"A mí lo que me preocupa, Daniel, es que tengas tan poca personalidad y me quieras colar eso de que eres un adolescente de libro para tener excusa para todo. Cada uno vive la adolescencia de una forma diferente y personal", le solté en plan perla de sabiduría materna.

"Sí, bueno. Yo te aviso de lo de hoy". ¡¡¡Comorrrl!!! ¿Que me está contando?

"O sea, ¿que en otro momento tendrás otros convenientes "síntomas" propios de la adolescencia?", le pregunté sólo para que asegurarme de que me había dicho lo que me había dicho.

"Y yo que sé mamá. Pero tú no te enfades ¡eh? Que son cosas de la edad de pavo esa". Madre mía. No quiero ni pensar en lo que me viene cuando entre de verdad en la montaña rusa de la adolescencia.

Y una anécdota de regalo:

Íbamos caminando deprisa por la calle, porque teníamos prisa, cuando me dió un tirón en una pierna. Dolorida busqué el apoyo de Daniel para no caerme... ¡y me apartó el brazo! Lo que me obligó a hacer unos cuando equilibrios para no acabar en el suelo.

"Mamá, ¡que ya soy mayor!", me espeta muy enfadado.

"Mayor para qué, ¡¿para ayudar a tu madre?! ¡Que me dado un tirón!"

"Sólo los niños y los mayores de 18 años ayudan a sus madres" y dicho esto siguió andando tan pancho, mientras yo cojeaba detrás con claras ganas de estrangularlo. 

Espera que le dé un tirón a él, espera... la venganza se sirve en plato frío hum hum

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Yo creo que no ha llegado aún a la edad del pavo ni el primero, pero me quiere engañar para que no le regañe por su mal comportamiento ainsss

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