lunes, 19 de julio de 2021

Haciendo el Tarzán en el río Arlanza

El finde de la semana pasada nos dimos un salto a Covarrubias por romper un poco con la rutina del día a día. Iván estaba ansioso por ir al río y darse un buen chapuzón. De hecho, cuando, por fin fuimos, casi no salió del agua y se nos puso bastante azul el pobre, pero con una sonrisa de oreja a oreja. Es que el agua está congelada.

Pero lo que más le gustó a este inquieto niño no fue el bañito sino la cuerda que usan verano tras verano para balancearse. Está ahí desde que recuerdo, pero siempre ocupada. Esta vez, entre que nos quedamos mas tarde de lo habitual y que se veía que el pueblo aún no estaba todo lo lleno que suele estar durante el tiempo estival, encontramos la cuerda más sola que la una y los peques aprovecharon para darle buen uso.

Daniel se pegó un buen trastazo porque ya es muy alto y tenía que encoger las piernazas que tiene para no darse con la tierra. Ese día ya se le torció el plan y no quiso volver a tirarse. Oportunidad que aprovecharon su hermano y un amigo para darse el atracón al más puro estilo tarzanesco.

Eso sí, al siguiente día que la encontraron disponible se quitó la espinita y se balanceó como el que más. Quitándose el miedo del primer día. 

Ahora andan obsesionados con hacer el Tarzán sobre el río y me temo que nos va a tocar estar atentos a esta sencilla atracción para fichar las horas de menor afluencia.

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