Cuando lo llevo de paseo triunfa por ser tan alegre. En cuanto alguien le hace el mínimo caso ya está sonriendo y se gana al extraño en un momento, que no puede resistir hacerle más monerías.
Un día que le llevé al pediatra lo apoyé contra mi hombro y cuando me quise dar cuenta un chico que estaba sentado detrás le estaba haciendo gestos y él se partía.
Sobre todo atrae a otro niños más mayores, principalmente niñas. Se acercan curiosas para ver al bebé o al nene. "Mira mamá, el nene" y el enano sonríe y sonríe. Y a la madre se le cae la baba. A la que se acerca con su hija y a mí.
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