Menos mal que Raúl se ha puesto duro con los dos porque lo cierto es que tiene que aprender a dormir sólo en su cunita y que ya está respuesto. ¡Vamos! Que se le acabaron las escusas para venirse con nosostros a dormir.
Aunque, a veces, de madrugada, cuando se despierta y no hay dios que lo vuelva a dormir, me desespero y termino acomodándole a mi lado de nuevo.
Es que da tanto gusto tenerlo al lado. Además, sólo tienes que ponerle el chupete cuando se le caiga, abrazarlo y con un poco de suerte nos volvemos a dormir los dos tan felices.
Cuando duerme en su cuna hay que recorrer la distancia que separa ambas habitaciones y dejarte la espalda sobre su cuna hasta que logras que se duerma. No hay mucha distancia, pero de madrugada te parece un viaje larguísimo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me encanta saber lo que piensas.