Alimentar a un bebé es cosa seria. Al principio de la vida de Daniel me lo tomaba muy en serio. Quería introducirle los distintos alimentos en su justo momento. Ni un día antes, ni un día después, Los cereales a los cuatro meses, la fruta a los seis, la verdurita a los seis y medio... Aunque a veces me encontraba con intromisiones en su dieta... Incluso por parte de las chicas de la guatdería, ya que, por lo visto, cada pediatra dice una cosa.
Ahora es otro cantar. Con más de un año me he relajado un poco y el niño prueba de todo. Y con que gusto. Si es que le encanta comer. Cómo se rechupetea los dedos cuando se come unas gambitas fritas o unas lentejitas, incluso el cocido madrileña. Se le iluminan los ojillos sólo de oler una plato sabroso.
También ha probado ya la leche de vaca con colacao. Le gusta muchísimo. Y el agua de grifo. A veces te pide agua cuando la estás bebiendo y la quiere de tu vaso. Nada de vasos de bebés o biberones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me encanta saber lo que piensas.