Este niño va como un loco por la vida. Ahora le ha dado por correr mirándo hacia atrás y riéndose. Yo le grito que mire hacia adelante, peor ni caso. Así se da los tortazos que se da.
Por fin está aprendiendo a retirar los deditos cuando cierra la puertas, porque le encanta eso de cerrar y abrir puertas. Se lo pasa bomba. Lo malo es que siempre acaba la diversión con un pequeño accidente y el niño berreando y enseñándome la manita accidentada. Ahora retira los dedos justo a tiempo. Aunque te da unos sustos: "Cuidado. Los dedos... ¡Los deditooooos!".
El otro día casi se me tira de cabeza por el tobogán del parque. Lo pillé en el último momento. Y en la guardería ya ha hecho caída libre desde una mesa de actividades. Si le tuve que llevar al dentista y todo. Me ha dicho que parece que no es nada, po que habrá que esperar a los seis años para ver si se ha dañado el diente permanente.
Si es que es muy brutito y no mira para donde va. Y los mayores tenemos que estar corriendo detrás de él para que no se haga demasiado daño, porque que no se caiga de vez en cuando o evitar que se dé algún golpe de vez en cuando es imposible. Es demasiado rápido.
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