Me estoy leyendo el típico libro de cómo criar a tu revoltoso bebé. El problema es que está totalmente americanizado y no se dan cuenta de que yo no vivo en una bonita casa adosada con jardía. Así que me hablan de construir toboganes y casitas en mi garage lleno de herramientas. Esa parte me la salto tranquilamente. no me imagino mi salón lleno de esos trastos. Para eso está el parque infantil. Además, Raúl me mataría si abre la puerta de casa y se encuentra con semejante tingladol.
El caso es que me he ido directa a juegos pedagógicos que necesiten menos infraestructura. Uno de los que más triunfa es el típico de encajar piezas. Daniel tiene un cubo en el que puede meter un círculo, un cuadrado, un rectángulo y una estrella, además de los números del uno al cuatro, pero eso es más difícil y lo practicaremos más adelante.
Al principio el niño cogía una figura al azar y probaba un poco. Por supuesto, era yo la que finalmente la guiaba la mano para que lograra el éxito. Entonces aplaudíamos encantados. Cómo el niño no es tonto, pero tampoco constante, le cogió enseguida el truco a la más fácil. El círculo naranja. Y lo metía sin ningún esfuerzo en su hueco naranja correspondiente. Yo le hacía una fiesta cadaque eso ocurría. Así que ahora va directo al círculo, lo saca del cubo, lo mete por su agujero me mira, aplaudimos, lo vuelve a sacra el cubo y vuelta a empezar. Las otras formas ni las mira.
Me parece estupendo que le haya cogido el tranquillo, pero me mosquea que ni intente meter la estrella, el cuadrado, ni el triángulo. Al menos el cuadrado, que también parece fácil. La estrella lo comprendo, con todas esas puntas, pero el cuadrado...
El caso es que decidí hacerle menos fiestas por el círculo, alcanzarle otras figuras y bailarle una sevillana si ahcía faltacuando metiera cualquier cosa que no fuera el círculo, aunque no tuviera nada que ver con el cubo (A veces coge piezas de otro juegos que caben en los agujeros y las mete muy feliz). Le alcanzo el cuadrado blanco y lo primero que hace es intentar encajarlo en el hueco del círculo. Al no conseguir nada prueba con el resto de los agujeros un segundo, sin casi mover la figura para hacerla encajar, y lo tira lejos de sí. Así que me toca devolvérselo, guiarle la mano hasta el agujero correspondiente, dar vueltas a la ficha hastaque encaja y hacerle la fiesta para gran regocijo suyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me encanta saber lo que piensas.