Esta guardería es maravillosa. Hasta está en el itinerario de visitas oficiales que los Reyes Magos hacen antes del gran día. Me han dicho las cuidadoras que los bebés se portaron muy bien y que sorprendentemente ninguno lloró de miedo ante la imponente presencia de sus majestades reales de oriente.
A mi pequeñín le trajeron una vaso porque está arendiendo a beber como los mayores. Éste tiene las dos modalidades: bebé, con su tapita de perrito azul con agujero en el morro, y niño mayor, quitándole la tapa. A él le encantó este adelanto en sus regalos.
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