Mi peque mayor me dio un susto tremendo cuando me desperté en medio de la noche oyéndole llorar, toser y asfixiarse. Corrimos Raúl y yo a su lado. Le incorporamos, le dimos palmaditas en la espalda y acabó vomitando una enorme flema.
La limpiamos, le cambiamos el pijama y mi marido se lo llevó a la cama con él mientras yo arreglaba el desaguisado a fuerza de lavadora, fregona y spray antimonstruos (como está relleno de colonia rebajada con agua acabó con el desagradable restillo de olor a vómito). Nada más terminar de limpiar me metí a internet para pedir hora con la pediatra. Esto tenía que ser motivo de consulta hasta para ella.
Fui a buscar a Daniel y me tumbé con él en su camita hasta que se durmió.
Al día siguiente me siguió de mala gana al médico. Iván se quedó al cuidado de Yoli, mi portera, que no le importó resguardarlo del calor en el portal mientras iba a la consulta.
Nos llamaron nada más llegar. Mi hijo empezó a sollozar, pero yo iba preparad y le saqué su propio maletín de médico. "¿Te va a dar miedo una colega? ¡Si sois médicos los dos!" A la médico le dio un ataque de risa cuando nos vio. "Desde luego, tu madre hace lo que sea para quitarte el miedo". Aún así, Danielillo no las tenía todas consigo. Costó bastantes mimos, zalamerías y promesas de la pediatra para que se dejara examinar. Al final lo logró a cambio de su estenoscopio. El peque estaba como loco con el aparato médico. Cuando nos íbamos no se lo quería devolver, así que la doctora se lo tuvo que cambiar por un palito al que le dibujó una cara. Mi hijo estaba contentísimo. A ver si la próxima vez no me toca arrastrarle a la consulta como siempre.
La doctora le diagnósticó laringitis y le recetó una píldora y media de algo que suena algo así como puigdecor, o a lo mejor no. No me quedé con el nombre porque nos las dio ella en la consulta. Afortunadamente se podían machacar y mezclar con las natillas de chocolate que acabábamos de comprar esa misma mañana.
"Ummmm. ¡Qué buena está esa medicina mamá! Quiero más" Que listo es este peque.
!Pero si a mí me pasó lo mismo....! Lo mio no fue nada. Espero que lo de Daniel tampoco.
ResponderEliminarBesotes.
Yo también tuve un maletín de médico de pequeña. Qué recuerdos... Espero que no sea nada. ¿No te ha dicho nada la pediatra negociadora? Besos!!!
ResponderEliminarUff que susto pasarais por la noche???? Supongo que ya se le habrá pasado, y que gracioso con su maletín de medico, la verdad es que tienes muchas estrategias para todo, que bien!! Besitos guapa.
ResponderEliminarVaya susto, menos mal que el papi ya estaba en casa aunque igualmente te las hubieras apañado bien tú sola.
ResponderEliminarLo del maletín médico es una idea genial. Felicidades!
Espero que el peque ya esté bien.
Si es que se me olvidó contar el diagnóstico. Que desastre jaja. Tenía Laringitis.
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