martes, 24 de julio de 2012

La comisaría

Un día, volviendo del cole, pasé con los niños al lado de una comisaría y. Como no podía ser menos, mi hijo mayor se empeñó en acercarse a los coches.

Me miró con la ilusión de que su mami se acercara a un imponen policía y le pidiera que subieran al niño a uno de los coches, como sucedió en el parque de bomberos, pero yo no estaba dispuesta, que unas cosa son los bomberos y otra la policía.

Le expliqué que tenían mucho trabajo persiguiendo a los malos y que nos teníamos que confromar con verlos desde fuera, eso sí le dejé tocarlos y le cogí en brazos para que viera de cerca la sirena del techo. Pase un poco de vergüenza porque señalaba a los que venían a por el DNI yme preguntaba si eran malos. Estaba tan contento que me era imposible alejarlo de allí.

Iván empezaba a protestar porque a él no le llamaba la atención los coches y lo que quería era bracitos. Menos mal que en ese momento me llamó una amiga para invitarme a un café en su casa y Daniel accedió a separarse de sus adorados cohes de policía por ir a ver a su amiguito Hugo.

2 comentarios:

  1. Hay que ver lo que les gusta a los niños cualquier coche con lucecitas en el techo. Sé de alguno que alucina con el camión de la basura. Besotes.

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  2. Si es que donde se ponga un coche de policía que se quiten los demás, ja, ja, ja... los malos dice... para comérselo.
    Besotes.

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