La protagonista se encuentra inmersa en una situación que hace que se tambalee todo su mundo, exterior e interior, y que la llevará a un viaje al origen del mundo tras muchas aventuras y desventuras. En su camino se cruzarán múltiples personajes de toda índole: oscuros, luminosos, desconfiados, tristes, crueles, valerosos... Tic Tac, un robot que no entiende de sentimientos, pero que aparenta ser más humano que los propios humanos, a pesar de no tener corazón, será su acompañante más fiel. Ágata descubrirá muchos de los misterios que la rodean desde su nacimiento. La guerra entre cuervos y unicornios está a punto de comenzar y ella es una pieza clave para ambos bandos.
Ledicia Costas, la autora, ha ambientado el relato en un mundo fantástico con tintes steampunk, que gira alrededor de un Londres victoriano y oscuro en el que un inquietante Jack, el destripador, convive con la tenebrosa Escuela de Artefactos y Oficios, que acoge a los huérfanos más brillantes y el luminoso Palacio Real, sacado de un cuento de hadas. La ciencia y la magia se unen para dar lugar a situaciones y lugares extraordinarios, en los que los escarabajos nos atan a la vida, los perros son civilizados y cuidan de sus mascotas humanas o los gigantes son obligados a permanecer absolutamente quietos mientras poblaciones enteras aparecen sobre su piel.
Supongo que a estas alturas del post sobra decir que me encantó el libro. Me enganchó de la primera a la última línea y seguí las evoluciones de la cabezota, rebelde y confundida protagonista y sus compañeros con extremo interés.
Pienso con pena que aún no es lectura adecuada para mis churumbeles. Se tocan temas abstractos como el amor, la locura, la crueldad y la amistad que no creo que puedan entender todavía. Además, de que hay descripciones de crímenes que, puede que por sobreproteccionismo, no me parecen nada adecuadas para siete y nueve años. Creo que la editorial ha acertado de lleno al recomendarlo a partir de 14 años, aunque estoy segura de que mis fieras se lo leerán mucho antes. Daniel ya lo mira con ojitos golosos. Todo por culpa de las tapas que son muy atractivas y te invitan a comenzarlo lo antes posible. Puede que con once donde años ya pudieran disfrutarlo, eso depende de la madurez de cada uno.
Soy de leer y mucho, pero este nunca ha sido mi género. Cuando era cría empecé la incursión de la lectura con Momo y con el Sr. Stephen king (Así he salido jajajaja.)
ResponderEliminarPero Nathan está empezando a leer bastante y creo que le podría gustar.
Tomo nota.
Un beso
A mí en cambio siempre me ha fascinado el género de fantasía. Se me nota. No? Jajajaja
EliminarMe parece genial que a Nathan le haya dado por la lectura. Yo de pequeña nunca olvidaba mi libro en la mochila, así cuando tocaba esperar por algo nunca me aburría jajaja