Daniel nombró muchísimo a su padre mientras duraron las vacaciones. Mi marido venía a pasar el último fin de semana con nosotros. La razón de tan pocos días es que con la historia de la hospitalización de Iván ya había consumido todas sus vacaciones, así que no pudo acompañarnos más tiempo. Todos le echamos mucho de menos.
Por fin llegó el día en que nos reuníamos de nuevo toda la familia. Daniel estaba de los nervios. Cuando le dijimos que nos iba a acompañar al aeropuerto se metió en el coche de su tía Silvia dando saltitos. En el aeropuerto era todo un torbellino. Veías a los demás niños tranquilos y a éste corriendo de una lado para otro sin control. Finalmente se tumbó en el suelo y se puso a roncar. Aliviada fomenté el juego. "A dormir cariño, a dormir" le dije. El resto de las personas allí reunidas me miraron como si estuviera loca porjar que mi hijo se tumbara en el frío suelo, pero es que yo no podía ya con mi alma. El bebé no me daba una noche buena y Daniel era difícil de controlar.
Raúl salió por la puerta de los pasajeros con una sonrisa de orja a oreja y Daniel se lanzó a sus brazos como un kamikaze. Fue una reunión feliz con alguna amenaza de nube de tormenta debido a mi extremo cansancio.
Eiii que bien!!! espero que el fin de semana haya ido genial! Un besito
ResponderEliminarRelevos Australianos? Que bueno que ya estén juntos de nuevo! Como nos hace falta el apoyo de los papás ¿Verdad? Ojalá puedas dormir un poco los próximos días... :D
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