Animalitos de origami

Los Reyes Magos me trajeron un libro precioso para hacer figuras de animales con papel. En cuanto los niños lo vieron se apuntaron al carro y tuve que prometer que no me lanzaría a la aventura del origami sin ellos. Entre pitos y flautas, el pobre libro se quedó cogiendo polvo. Hasta que este fin de semana me dije a mi misma que ya estaba bien de hacerle esperar. después de todo lo único que necesitábamos eran ganas, papeles, pinturas y tijeras.

En ese momento, los únicos que teníamos ganas éramos Daniel y yo, así que no le insistimos más a Iván y nos sentamos a recortar y pintar los cuadrados que nos iban a servir de materia prima. Para hacer el cuadrado sólo hay que seguir las instrucciones de la imagen:

Fuente: http://divulgamat2.ehu.es

Así lo hicimos y empezamos a hacer la primera figura: un pollito. Era muy fácil. Sólo había que doblar el cuadrado por la mitad formando un triángulo. En la punta de abajo (donde se puede abrir el folio) doblamos las puntas hacia adentro para que sirvan de base al pollito y no se caiga. En una de las puntas de los lados doblamos la punta hacia dentro y luego de nuevo hacia fuera formando un pliegue... ¡y ya tenemos el pico!. Sólo queda pintar los ojos y, el que quiera las alas, y ya está el pollito. Nos salió uno enorme.

Luego hicimos el cerdo y el gusanito, pero las explicaciones requieren de imágenes porque son más complicadillas. Lo estábamos pasando muy bien doblando y desdoblando, pero al tercer animalito Daniel se cansó de la actividad. Iba a recogerlo todo cuando vi que Iván se acercaba curioso. Le propuse hacer un pollito, pero él se emperró en hacer el caballo.

La figura se las traía. Tanto que ni entre los dos conseguimos hacerla. En u favos diré que lo intentó tres veces antes de abandonar. Yo, como soy muy cabezota, todavía estuve un buen rato doblando, desdoblando, cortando y dando vueltas y más vueltas al papel... hasta que salió una cosa pareciad. No igual, pero para mí valía. Y para Iván también porque se puso muy contento cuando se lo enseñé."La próxima vez vamos a hacer algo más fácil ¿Vale?" Le dije agotada neuronalmente. "Vaaaaale" me conestó muy contento con su birriocaballo.