Un botijo para San Isidro

Y seguimos con los deberes para Iván, pero esta vez no había dudas porque el encargo venía directamente de la profesora vía notita. O más bien notaza. Dos folios grapados, uno con botijo dibujado y otra con las indicaciones. Así es más fácil. Donde va a parar...

El caso es que había que pegar el botijo en una cartulina, recortarlo, adornarlo y entregarlo el mismísimo lunes. ¡A por ello! Saqué gomets. washis. ceras y purpurina para que el peque diera rienda suelta a su inspiración y me fui a seguir recogiendo. De vez en cuando me pasaba por su lado y le hacía una fotito de esas que me encanta luego mirar y remirar.

Daniel se sumó a la mesa de trabajo poco después. No quiso un botijo, pero adornó muy feliz un folio durante un buen rato.

Cuando terminó el proceso de pintado y pegado, comenzó el de la purpurina. me pidió un pincel y no dejó hueco sin abrillantar.

Desde luego el resultado es brillante y algo salvaje jajaja

A mí me encanta.