Camisetas con flores de primavera

Me quedé enamorada de la bolsa que adornó Bombones en su blog (el blog de Bombones). ¡Quedaba tan bonito! Lo malo es que no sabia yo si dulces flores primaverales iban a llamar la atención de mis fierecillas. Había que disfrazar el asunto con el asombro que les produce a los niños observar cómo se corre la tinta hasta formarse la flor. Compre tres camisetas blancas muy baratitas, en vez de bolsas de tela, porque me apetecía lucir primavera en nuestra ropa.

Y decidí hacer una prueba primera en la soledad de las mañanas. ¡Menos mal! Porque metí la gamba ¡y de qué manera! Tan ufana yo cogí mis indelebles para ropa y me puse a dibujar florecillas, rayas puntos y figuras geométricas en disposición circular.

Cuando termine eché unas gotas de alcohol en cada flor, peeeero, ahí no pasaba nada. Nada de nada. Así que seguí echando más y más alcohol. ¡Hasta que empapé la camiseta! Llegados a este punto me di cuenta yo solita de que algo estaba haciendo mal.

Caí en que era de suponer que los indelebles especiales para ropa serían muy resistentes para no borrarse ni deformarse con la lavadora, con lo que el alcohol les haría cosquillitas.

Sin perder la esperanza, dejé secar la camiseta y sobre lo ya dibujado pinté más rayas y puntos con indelebles normales. ¡Ahora sí! Ahora la tinta se difuminaba a la velocidad de la luz. Eso sí había que echar bastante alcohol. Con tanto alcohol apareció un cerco de color alrededor del dibujo. Bueeeeno, no estaba contemplado en el plan, peeero no queda tan mal. Me emocioné y empecé a hacer las camisetas de los peques, pero me frené a tiempo. No, Dácil, que lo haga ellos y se diviertan.

Cuando tuve terminada mis flores dibujé los tallos y le conté mis penas a bombones a través del twitter. "¡Si era con rotuladores normales y un par de gotas de alcohol!" me contestó divertida.

Pues eso era lo que haría con las camisetas de los peques. Les di rotuladores normales y les preparé las camisetas con los cartones por dentro sujetos con pinzas para que no se les moviera mucho y para salvaguardar la parte de atrás de las mismas. Se pusieron a ellos con ahínco. Pasaron de mis explicaciones y dibujaron lo que les dio la gana. Cuando llegó la hora de echar el alcohol Daniel se emocionó y empapó la tela, con lo que sus trazos casi desaparecieron. En cambio Iván no llegó y su camiseta quedó casi igual que antes de echar las gotitas.

Al final, decidí pintarles unas líneas y puntos en disposición circular con indelebles normales para que observaran cómo se corría la tinta porque hace un efecto muy bonito. ¡Les encantó!

Ahora a esperar al calorcito para lucir las coloridas camisetas.