El segundo día en Pekín tampoco nos dimos cuartel. Seguíamos cansados del viaje, pero las ganas de investigar eran mucho mayores, así que nos fuimos al Templo del Cielo, que es uno de los imprescindibles. Aquí empezamos a contar curiosidades a los peques sobre el terreno, aunque lo que os voy a decir a continuación no sólo le vemos en este conjunto de edificaciones, sino en casi todo lo que visitamos posteriormente también.
Por ejemplo, el 9 es un número muy importante para los chinos y lo encontramos en un montón de elementos: escalones, los puntos en relieve de las puertas...
Además, las figuras que encontrados en los bordes de los tejados son guardianes de ese edificio. Cuantos más cuentes más importante.
Y por último, cuando veas dos estatuas de leones paralelas pide a los peques que busquen cual es macho y cual es hembra, y que lo razonen. A los míos les costó un poco porque el tema es que la leona (que es hembra aunque aparezca con melena), tiene una cría en una de sus patas y el león una pelota, pero estos peques no entienden porqué el león no puede tener la cría y la leona la pelota. Les falta asimilar el contexto machista de esas esculturas. Lo bueno es que una vez les expliqué la curiosidad se fijaron en esto toda nuestra estancia.
Pero bueno, volviendo al Templo del Cielo en si. Se encuentra en un parque precioso, aunque sin columpios (no encontramos columpios públicos en ningún sitio). Es un lugar desde el que se pedía buenas cosechas en la antigüedad y representa a la Tierra y el Cielo.
Se entra por la muralla exterior, en la que encontramos lo que nos pareció en ese momento mucha gente. Ilusos. Ya sabríamos de primera mano lo que es una multitud apabullante en otros lugares. Sobre todo en la Ciudad Prohibida.
Hasta llegar al edificio principal, el Salón de Oración por la Buena Cosecha (Qinian Dian), puedes ver otras estancias y Altar Circular, que es como una copia del primero, pero más pequeño. La verdad es que es una pasada estar ahí y poder ver tantos detalles, decoraciones y construcciones preciosas al estilo oriental antiguo.
Muy curioso es el Muro del Eco, en el que se supone que si dos personas se colocan en lugares equidistantes se pueden escuchar perfectamente aunque hablen en susurros. Con tanta gente charlando por todos los rincones del muro fue imposible probar si la cosa funcionaba.
Allí se encuentra la Bóveda Imperial del Cielo, dónde se guardan elementos ceremoniales.
La pena es que no pudimos entrar a Qinian Dian y sólo pudimos verlo desde fuera con un montón de gente empujando ansiosa de que le tocara el turno. A los peques los tuve que agarrar bien, por una lado para que no los arrastraran y por otro para que se me perdieran en su afán por conseguir el mejor puesto de observación.
El interior es una maravilla, pero no pudimos deleitarnos mucho porque la fila avanzaba rápido. En las salas adyacentes podemos ver expuestos objetos y maquetas relacionadas con el lugar.
Cuando nos cansamos de deambular de aquí para allá por el Templo del Cielo nos metimos en el parque, en el que encontramos un montón de lugares que parecían casi mágicos y sacados de las leyendas orientales de samuráis y geishas: Templetes, pasillos ornamentados, piedras bellamente colocadas... Y hasta una puerta que podía haber pertenecido a Hobbiton sin problemas. Un preciosidad.
El parque abre desde la 6:00 de la mañana, pero el Templo del Cielo en sí no lo hace hasta las 8:00. Luego cierra a las 17:00 (en invierno una hora antes). Pero se puede seguir disfrutando del inmenso jardín hasta las 22:00. En verano, que es cuando fuimos, hay muchísimas horas de luz y merece la pena madrugar para alargar los días y aprovecharlos más. la entrada nos costó 40 yuanes, que al cambio son unos dos euros y medio.
Cuantos detalles!!! y cuanta genteeeee!!!! impresionante.
ResponderEliminarLo q me sorprende es el precio al cambio, podemos decir q bien barato :D eso siempre se agradece, pq la factura en viajes, crece a una velocidad,..... a la espera de más detalles chinos :)
En general todo es muy barato, pero cuidado con los listillos clavaguiris!!! Que los hay y con mucho morro, con eso de que sólo hablan chino a ver cómo te pones a discutir de que el precio que exigen no es el que se muestra en la carta o en los carteles. En fin...
EliminarQue buena pinta. La verdad es que no me había planteado el viaje a China, pero creo que se me va a ir haciendo la boca agua en este y próximos post
ResponderEliminarEs una pasada. Nos ha encantado!!!
EliminarBonito pero prefiero la China real. Un beso
ResponderEliminarNosotros vimos la realidad de Pekin en las calles, el barrio, el metro... Pero es que China es muy grande y no tiene nada que ver una provincia con otra...
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