Daniel lleva un tiempo persiguiéndome para hacer alguna actividad chula en casa. Hace mucho que no hacemos, pero es porque no paramos la pata yendo de un sitio a otro y en casa estamos que si partidas de rol, que si ellos creando sus juegos, que si esto que si lo otro... ¡y aún tengo que sacar tiempo para que se aburran ellos solos y hacer yo mis tareas! Así que ni ganas a sentarme a pensar en algo, ni tiempo.
Pero como últimamente, el mayor y yo estamos que nos tiramos de los pelos, me puse a ello tomándomelo como terapia para quitar tensión a nuestra relación, que últimamente tiene más enfados que abrazos. Eso sí, buscando algo sencillito para no liarme mucho tiempo en la preparación. La primera página que pinché ya me dio la idea. Era ésta de Sapos y Princesas. Elegí la manualidad más sencilla, que más fácil imposible, los fantasmas de papel. Perfecta.
Llamé a los niños y les puse delante folios, tijeras y rotuladores. ¡Si es que no hace falta más! Dos minutos de preparación.
Hice uno para enseñarles cómo se hace, pero una que es tronca tronca con esto de la geometría y el cálculo me lié con la espiral y me salió... algo un poco raro. Nada, nada, no nos desalentamos. Cogí un lápiz y me marqué la espiral para no volver a liarla. Ahora sí, un fantasma desenrollable bastante aceptable. Cuando se pusieron ellos también se liaron con el tema de la cola del fantasma. Ainss si es que tienen mis genes. Hicieron un par con mi ayuda, que les marcaba la zona a recortar con lápiz y en el tercero el mayor me propuso un reparto del trabajo: yo recortaba y ellos pintaban.
En fin, como ya le había cogido el truquillo me plegué a sus ruegos y allí que estuve recortando fantasmas para que ellos pudieran pintarles caras inquietantes. Les gustó muchísimo la actividad. Pero les supo a poco. Cuando se cansaron de los fantasmas pidieron más.
Pensé en hacer la tela de araña del post, pero la cartulina negra que tenía era muy gruesa, difícil de recortar y hacían falta muchas para completar el círculo, así que lo dejamos por imposible, pero nos entraron unas ganas tremendas de hacer arañitas. Son muy fáciles y ya las habíamos hecho en algún Halloween anterior. Corrí a por los limpiapipas, cogimos cuatro cada uno, enrollamos por el medio para hacer las ocho patitas y luego enrollamos un lacito para hacer las cabecitas de las arañas.
Al final estuvimos mucho más tiempo del previsto y no pudimos adornar la casa con nuestras creaciones hasta el día siguiente. Había que ponerse con los deberes, estudiar, ducharse, etc... ¡Si es que las tardes no dan para nada!
Los niños están muy orgullosos del resultado. Y sí, aún no hemos recogido lo del cumple porque lo vemos muy indicado para Halloween. Se nos está quedando la casa muy terrorífica simpática, diría yo.
jejejeje. Vais a tener la casa más chula de Madrid para Halloween!!!! me encantaaaaa!!!
ResponderEliminarMuchas gracias!!! El padre dice que para Navidad ya sí que quiere que quite todo lo de Five Nights at Freddys jajajaaja Creo que está harto de que los niños tomen la casa ;)
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