Otra vez al médico a que midan, tallen... y ¡pinchen a mi pobre bebé! Menos mal que esta vez fue sólo un jeringuillazo y se le pasó el berrinche en cuanto lo tuve en mis brazos.
Mi chico estuvo sonriendo y jugando el resto del tiempo. Puso todo su empeño en comerse el papel de la camilla y no perdió el buen humor ni cuando lo pusimos en la pesa (ocho kilo sesenta gramos), ni cuando lo estiramos para medirle (70 centímetros). Es un bebé muy alto que está en su peso justo. Eso sí, según la enfermera, de cabeza pequeña. Yo le veo perfectamente formado, pero que voy a decir yo que soy su babeante madre.
En cuanto entramos en la consulta la enfermera exclamó que era imposible que ese niño tuviera sólo seis meses. "Es un bebé enorme" sentenció. Mis riñones están de acuerdo con ella. Cómo pesa el chiquitín.
A partir de ya tenemos que introducirle la papilla de verduras. Espero que le guste. Por lo menos parece que el pobre está esperando com agüita de mayo cambiar un poco el menú.
Esta estupendo!!!
ResponderEliminar