Los primeros días fue imposible sentarnos a leer nada con los peques porque sólo querían cambiar de filtro a filtro y pasar las páginas a su ritmo. "Mamáaaa, miraaaa, un tigreee, y una serpienteeee. Halaaaa ¡¡ballenas!!" gritan emocionados con cada descubrimiento. Da gusto verlos señalar, sonreír abiertamente, asombrarse y pasarse los filtros de uno a otro sin parar para seguir descubriendo animales y habitats.
Cuando por fin nos pasaron el libro a los adultos, nosotros también alucinamos con la belleza del libro. ¡Vaya cambio mirar por una ventanita u otra! y todo en la misma página.
Por fin, comenzamos a leer el libro. La de cosas que estamos aprendiendo. Leemos sobre un animal y volvemos corriendo al puesto de observación para buscarlos en los dibujos. Es un juego muy divertido.
Hemos descubierto que existe un pez elefante en la selva del Congo que localiza a sus presas en aguas fangosas gracias a unos estímulos eléctricos de su nariz y su cola; que las espinas del moloch del desierto de Simpson le ayudan a canalizar el agua de las gotas de rocío o que la rana gigante del lago Titicaca puede respirar bajo el agua gracias a los capilares presentes en su piel, entre muchas otras curiosidades.
Es un libro ilustrado precioso, ideal para leer en familia con tranquilidad y comentar cada nuevo descubrimiento entre todos. Nos ha fascinado.
Anda, qué chulada! Me parece precioso! :)
ResponderEliminarMuas!
Es una pasada!!! De verdad que parece casi mágico. Tienes que verme flipada con los filtros jajaja
Eliminar¡Qué bonito! Tiene pinta de que va a ser de esos libros que recordarán cuando sean mayores. Besotes!!!
ResponderEliminarO que me quedaré yo para siempre juas juas juas ;)
EliminarY ya se los dejaré ver más adelante si eso. Es que es muy bonitoooo