jueves, 6 de octubre de 2016

La feria

Este año hemos ido a la feria durante los tres días que la ponen a mitad de precio con motivo del día del niño y no veas que diferencia para mi bolsillo. Bueno, en realidad me he debido gastar lo mismo, pero nos ha cundido mucho más.

Cuando les propuse el plan a mis peques se volvieron locos de contento. Tras disfrutar de un ratito de parque nos fuimos con unos amiguitos a las atracciones. Como era muy pronto habían muchas cerradas, pero enseguida abrieron la de las motos de choque y les faltó tiempo para apoderarse cada uno de una y darse empujones con ahínco. Mira que se llenó la pista de niños, pero casi siempre eran ellos cuatro los que acababan colisionados.

De ahí corrimos a la casa de la risa, un clásico, porque es una de las preferidas del mayor, pero en esta ocasión salimos escaldados porque el pequeño se llevo una patada sin querer en la boca y le empezó sangrar el labio con lo que se llevó un buen susto. Su hermano se portó genial llevándolo a un lugar dónde lo pudiera ver. Uno de los chicos de la atracción se metió corriendo a salvarle y me lo trajo berreando como un becerro. Me tendió unas servilletas para que pudiera limpiarle. Muy majos los de la atracción la verdad.

Para quitarle el disgusto le monté en una atracción de camas elásticas con arneses en la que más que saltar volaban. Cómo la disfrutaron. Se lo pasaron bomba subiendo cada vez más alto.

Una vez calmados los ánimos pasamos por una tio vivo, un castillo hinflable gigante de esos que un personaje famoso, en este caso Mario, te come literalmente... Y unos rulos hinflables que sabía que iban a traer problemas. El año pasado Iván salió llorando del tubo porque su hermano es una bestia parda haciéndolo rodar, así que logré convencerle de que no se subiera, pero viendo a Daniel pasárselo bomba cambió de opinión y se subió con unas niñas con las que al principio parecía que se lo pasaba genial, pero se fueron animando, animando y acabó por rebotar a lo loco como el año pasado. No tardaron en llegar los lloros, así que lo saqué en volandas del tubo para que no sufriera más.

Ahí tenía de nuevo al peque extremadamente sulfurado, cuando pasamos por delante de la típica atracción de esas que es un recinto con un poco de todo: bolas, toboganes, túneles... Y los dos para dentro para que se olvidara Iván del mal rato. Esa iba a ser la última atracción, pero ¡ay! cuando ya se iba a terminar el tiempo... Iván se da un tortazo en la cabeza. ¡Vaya por dios! "Pobrecito, mami. No podemos dejar que el día acabe tan mal para él. ¿Verdad?" Que manipulador es Daniel, pero sí. Surtió efecto y a los pocos minutos estábamos sentados en una noria de carreras que iba a lo que a mí me parecía la velocidad de la luz. ¡Que mareo! Salí de ahí haciendo eses y con dos energúmenos gritando a pleno pulmón: "¡¡Otra veeeez!! ¡¡Otra veeeez!!". "¡¡Nooooo!!" grité yo más fuerte. "No mas torturas". Y de camino a casa se quedaron mirando con ojitos golosos una atracción que llaman la carcel y que era terrorífica. Muy segura de mi misma cogí a los dos churumbeles de las manos y los arrastré a casa entre protestas y ceños fruncidísimos. No veía la hora de pisar el hogar.

Luego al padre le contaron maravillas, así que supongo que se lo pasaron bien a pesar de los accidentes.



12 comentarios:

  1. Jajajajaja! Menuda diversión! Tiene muy buena pinta esa feria! Y sí, qué manipulador es Daniel, pero con buen corazón, jajajaja!
    Muas!

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  2. se nota que se han divertido mucho! me alegro guapa! besos!

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    1. Muchas gracias!! Ellos se lo pasaron genial, pero para mi la feria es un poco infernal ainss

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  3. jajajaja madre mia que ajetreo! es que ir con ellos a la feria es para armarse de paciencia! besos

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    1. Y tantooo!!! De mucha paciencia. A veces no me queda claro si van porque les gusta o por masoquismo puro jajaja

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  4. A mí me encantan las ferias!! Mi preferida es la Noria :)

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    1. Pues esta iba a velocidad de crucero y me maree muchísimo. Los niños muertos de la risa y yo gritando que me quería bajar jajaja

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  5. Madre mía, qué valiente. Yo no voy a una feria sola con mis Trastos ni loca. La verdad es que me da un miedo terrible que, con lo cabras locas que son, se pierdan entre tanta gente. La duerte es que a Papá³ tampoco le gustan las ferias, así que, de momento nos vamos librando. Quizás cuando el Peque sea algo más mayor... ¡y siempre acompañada de otro adulto! ;)

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    1. Es que con tres es más locura. Con dos hay que estar muy atentos para que no se te pierdan, pero también es verdad que fuimos temprano y entre semana, así que tampoco estaba muy petado ;)

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  6. En la feria los niños se lo pasan en grande! pero vaya mala pata la de Iván, ¡q lastima! esta claro,... que no era su día, Aunque todo terminó bien ¡me alegro!

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    1. Sí, el pobre. Lloró y se rió casi a partes iguales. Menos mal que al final sólo se quedó con los buenos recuerdos...
      Muchas gracias!!!

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