De las Jornadas Be Mum and Dad saqué muchas cosas buenas, entre ellas conocer a José Marcelino Pérez, coach financiero y creador del Blog Dinero y Felicidad. Durante las jornadas se sorteaba una sesión de coaching financiero desarrollada por él que, tristemente, no me tocó, pero en las sesiones de networking tuvimos la oportunidad de charlar y le comuniqué mi interés por el tema, así que José, que es muy majo, me ofreció una sesión gratuita para que profundizara en el coaching financiero.
En un principio, pensé que esta práctica estaría orientada a empresas o autónomos, pero enseguida me sacó del error. Es una técnica que se puede aplicar a todas las economías, incluso a la personal o a la doméstica. Se basa en una investigación minuciosa para llegar a un autoconocimiento de nuestra situación que nos sirva de base para cambiar ciertos hábitos que hacen que nuestra situación financiera no sea la más óptima. Por ejemplo, puede ser que tus beneficios estén por debajo de las previsiones porque no tengas un control adecuado de los gastos.
José se ha encontrado con empresarios que van acumulando las facturas y tickets encima de su mesa y no los vuelven a mirar. Eso es un error terrible. Tanto en nuestra profesión como en nuestra casa debemos tener un control lo más preciso posible de lo que gastamos. Lo ideal es tener un excel que nos ayude, así podemos encontrar fácilmente las anomalías o lo superfluo que se puede eliminar. Él siempre cuenta el caso extremo de la ejecutiva polaca arruinada que salvó su economía revendiendo todos los trastos de lujo que había acumulado durante su vida y reduciendo el gasto en lujos.
Pero comencemos por el principio, el coaching financiero combina el famoso coaching (a través del autoconocimiento creamos un plan de acción con un objetivo concreto y al aplicarlo mejoramos nuestra calidad de vida y nuestro rendimiento tanto personal como profesional), el mentoring (asesoramiento guiado y personalizado) y la educación financiera pura y dura. Esta práctica sirve para identificar y solucionar problemas financieros, mejorar la situación financiera, guiar a emprendedores, cambiar hábitos financieros, tomar conciencia de la situación desde la que partimos, reducir gastos y deudas y aprender a planificar, entre otros mucho beneficios.
José me explicó delante de un café que para que el proceso de coaching tenga éxito tanto el coach como el cliente deben de implicarse al máximo y tener en cuenta cuatro puntos fundamentales: la confidencialidad, el compromiso, al comunicación entre ambos y la confianza.
Cada caso es único, por lo que se comienza con un estudio de la situación y de la persona para poder poner un objetivo y un plazo realista. Se elabora el plan de acción, se ejecuta, se refuerza cuando sea necesario porque es un proyecto dinámico que cuenta con muchas variables, se revisa una vez terminado el plazo y se busca un nuevo objetivo para volver a comenzar el proceso. Lo he explicado a grandes rasgos, pero, en realidad, estamos hablando de un proceso muy profundo y minucioso en el que el cliente tiene que esforzarse al máximo, pero que es muy efectivo y rentable.
Para comenzar este proceso de coaching financiero primero tenemos que tener muy claro de dónde partimos y a dónde queremos llegar. Es decir, nuestros objetivos en un determinado plazo de tiempo, que deben ser medibles y realistas.
En mi primera sesión, José me llenó de deberes para hacer en casa para que ambos tuviéramos claro el punto de partida. No todo se refería a lo puramente económico. Algunos ejercicios están basados en valores y búsqueda de objetivos en la vida en general. Poco a poco nos centraremos en los aspectos financieros basándonos en los primeros ejercicios.
José nos recomienda llevar el control financiero con un sencillo excel en el que se muestre el Balance del Patrimonio, por un lado y el de ingresos y gastos por otro. Así tendremos en todo momento una radiografía de nuestros avances y retrocesos y encontrar problemas y soluciones será mucho más fácil.
Cuando nos enfrentamos a un gasto importante existe un truco para averiguar si realmente es imprescindible realizar ese desembolso y es ponerse un plazo. Por ejemplo, si se te rompe la lavadora queda fuera de toda cuestión que el gasto es imprescindible, pero si lo que queremos es una televisión para el dormitorio o una consola lo ideal es ponernos una plazo, por ejemplo de diez días, veinte o un mes y si pasado el plazo nos damos cuenta de que no podemos vivir sin ella, entonces la adquirimos. A veces, pasada la emoción del momento inicial recapacitamos y llegamos a la conclusión de que en realidad no necesitamos tanto lo que hemos comprado.
Lo cierto es que esta sesión que me ha regalado José Marcelino Pérez me ha sido muy útil para poner orden en mis cuentas personales y en la economía doméstica. Se ha notado en un ahorro en los gastos bastante visible, porque al tenerlo todo organizado se detectan más fácilmente los gastos superfluos o cuando nos hemos pasado con algo.
Muchas gracias por tantas alabanzas. ¡Intentaré estar a la altura! José Marcelino
ResponderEliminarGracias a ti por la sesión. Me ha venido de maravilla. Con poco de organización y los objetivos claros todo se ve de otra manera y las finanzas familiares se presentan menos complicadas :D
EliminarYo suelo ser muy organizadita con mi dinero pero nunca está de más tener unos cuantos consejitos. Así se puede ahorrar más. Un besote!!!
ResponderEliminarMuy bien que haces. El dinero es cosa seria ;)
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